Hay gente que no quiere ser feliz sino desgraciada y aquí les vamos a dar 10 cosas que te hacen infeliz.
Nuestra felicidad está marcada por tres cosas: genética, infancia y modo de vida. No podemos controlar las dos primeras pero sí la última. No puedes curar la depresión pero puedes aprender a dominarla, así que toma nota sobre estas 10 cosas que te hacen infeliz.
10 cosas que te hacen infeliz
No tengas amigos
Estar en contacto con la gente que nos importa y a la que importamos es una de las claves para poder ser feliz.
Los australianos, son uno de los pueblos más felices del mundo. Hablan con gente desconocida, incluso a veces dicen que quieren ir a tomar una cerveza contigo sin conocerte, ¡Y acaban yendo!
De acuerdo con Psychology Today, aunque pareciera lo contrario, nos podemos sentir más en confianza con un extraño a la hora de contarle nuestros secretos que a un conocido y, esto ayuda con el estrés y la depresión, es una forma de desahogarse y no sentirte juzgado gracias a la idea de que no volverás a ver a esa persona.
El dinero es lo primero
Estudios de Stanford, en San Francisco, han descubierto que son las experiencias y no los objetos los que realmente dan la felicidad.
Compras un auto nuevo y estás encantado con él hasta que un amigo compra uno mejor, y te sientes como un perdedor por no tener ‘LO MEJOR’.
De acuerdo con la Universidad de Cornell, el problema con las cosas es que la felicidad que proporcionan se desvanece rápidamente. Nos acostumbramos a nuevas posesiones. Lo que antes parecía novedoso y emocionante se convierte rápidamente en la norma. Por el contrario, las experiencias generan memorias y fortalecen los vínculos afectivos con quienes las compartes.
Sé contrario a la igualdad
En las sociedades donde no existe la brecha de género, como en Escandinavia, se ha demostrado que la gente está más sana, es más feliz y duerme mejor.
Te dan un ascenso y de inmediato te das cuenta que ganas la mitad de lo que ganaba el anterior empleado, esto te pone en alerta, comienzas a dividir ‘al equipo’ y en lugar de planear estrategias para crecer el proyecto, estás más preocupado por cuidarte, y el burnout comienza a deteriorar tu energía y paz.
Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo, mostró que, si hasta 2025 los países redujeran la diferencia de la participación entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo en un 25%, el mundo tendría un incremento de 204 millones de personas en la fuerza laboral, lo cual inyectaría 5800 billones de dólares en el PIB mundial.
Consigue un trabajo que odies
Al fin y al cabo solo vas a tener que hacerlo durante buena parte de tu vida.
En Dinamarca, el país más feliz del mundo según las estadísticas desde los años 70, el 70% de la gente dice que le gusta tanto su trabajo que lo seguirían haciendo aunque no recibieran remuneración. ¿Sentirse realizado? ¿Para qué?
Según un estudio de la Universidad de Harvard, cuando te mueve una pasión, los obstáculos ya no parecen insuperables. La perseverancia se convierte en una fiel compañera que te produce un profundo deseo de triunfar en lo que te gusta. Cada reto se convierte en una oportunidad para crecer y aprender en lugar de en una constante frustración.
Trabaja todo el tiempo
No seas como los daneses y una vez que has conseguido un trabajo que no te gusta dedica cuerpo y alma a él. «Te garantizo que serás infeliz».
En Dinamarca, trabajar hasta tarde causa una mala impresión a jefes y compañeros, debido a que creen fielmente en el equilibrio entre la vida laboral y la personal. Los daneses trabajan una media de 33 horas a la semana a pesar de que el horario laboral establecido por ley es de 37 horas, según la OCDE.
De acuerdo con Qualitative Psychology, las personas que tienen tiempo suficiente son más felices, están menos deprimidas, experimentan más alegría, hacen más ejercicio, tienen más sexo y comen mejor, son más productivas y tienen menos probabilidades de divorciarse.
Persigue la perfección
«Tienes que ignorar la filosofía de wabi-sabi de los japoneses», explica. «Wabi-sabi es un término que describe un tipo de visión estética basada en «la belleza de la imperfección. Nada dura, nada está completo y nada es perfecto. Si quieres ser infeliz, nunca estés satisfecho ni celebres que, como todo el mundo, tienes cicatrices».
Los japoneses son selectivos sobre lo que quieren y necesitan, aceptan la verdadera naturaleza de la vida: se considera que todo es imperfecto e incompleto. También se aceptan a ellos mismos, y wsta aceptación no se basa en ignorar lo que sucede, sino en ser conscientes de los problemas, darle la importancia que merecen y buscar soluciones.
La Universidad de Kent descubrió que las personas que convierten un fracaso en algo positivo en lugar de negarlo o rechazarlo son más propensas a tener una vida más feliz y satisfecha. Dicha positividad, aunque sea forzada al inicio, te ayudará a levantarte más rápido cuando te tropieces debido a los problemas inevitables de la vida.
Pasa mucho tiempo en casa
Numerosos estudios han demostrado que pasar tiempo fuera, en la naturaleza, es bueno para nuestra salud mental y estado de ánimo. Ya sabes.
Aunque los países nórdicos siempre ranquean en los mejores lugares donde la gente es más feliz, en los últimos años, gracias a las redes sociales y al clima, no salen de casa, viviendo a través de las pantallas. Esto ha derivado que por ejemplo en Suecia, el número de personas con depresión incrementara hasta en 40% en diez años.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter, asegura que el simple hecho de mirar imágenes de la naturaleza ha demostrado estimular partes del cerebro relacionadas con la felicidad, el positivismo y la tan ansiada estabilidad emocional.
No leas
Cuando lo haces, estimulas tu cerebro. Los estudios aseguran que introducirte en la historia de un libro mejora la empatía y aumenta la necesidad de pertenencia a un grupo.
Cuando lees historias tristes produces oxitocina y cuando lees historias de terror, endorfinas, pues el cuerpo se prepara para luchar contra el enemigo imaginario.
De acuerdo con la Universidad de Emory, en Atlanta, la lectura activa diferentes zonas del cerebro vinculadas con el lenguaje, lo que favorece la expresión y ayuda a las personas a ser más precisos y claros a la hora de pedir algo. Además de mejorar su capacidad de persuasión para conseguir lo que quieren gracias que también desarrollan su capacidad imaginativa.
No escuches música
Si lo haces, reducirás tu estrés, según han demostrado los estudios. Y, recuerda, tú no quieres eso.
El escritor y pianista británico James Rhodes que ha tocado en lugares como el London’s Roundhouse, The Royal Albert Hall, Teatro Real Madrid, Palau de la Música Barcelona asegura que no hubo terapia que lo ayudara con su estrés postraumático de abuso sexual e intentos de suicidio, solo la música lo ayudó. En 2010 se convirtió en el primer músico de música clásica en firmar un contrato de seis álbumes con Warner.
La Universidad de Oxford descubrió que escuchar la novena sinfonía de Beethoven , así como de Puccini, disminuye significativamente la presión arterial. También demostraron que la música de Mozart y Strauss no sólo reduce notablemente el ritmo cardíaco, también la presión arterial en casi cinco puntos sistólicos, lo que es mejor que algunos medicamentos.
Esconde tus sentimientos
Todas las evidencias neurocientíficas avisan de lo mismo: serás tremendamente infeliz. «Para los maoríes la fuerza y el mostrar sentimientos son lo mismo», explica. «Nada como ofrecer tu corazón para ser feliz, así que lo mejor es que no lo hagas. Reprímete, intenta no sentir nada».
En la cultura maorí, se considera la expresión de las emociones como un signo de fuerza interior más que de debilidad. Para ellos, la expresión emocional es una fuente de fortaleza y resiliencia personal.
De acuerdo con American Psychologist, toda emoción que es reprimida vuelve hacia uno: según el tipo de emoción, será en qué parte del cuerpo se siente. La ira, la decepción y el resentimiento se guardan y se transforman, por ejemplo, en dolores crónicos y después en enfermedades. Las personas que luchan contra la ira y la hostilidad acumulan un 20% más de probabilidades de sufrir enfermedades relacionadas con el corazón.