El sueño de Jordi Puig, fundador y director del Vive Latino, es ser parte del nacimiento del nuevo despertar social, representado por alguna contracultura o movimiento que cambie el curso de un país, tratando de recuperarse de los estragos de la aún pandemia. “Y tengo fe de que esta edición será la buena”, le dice a Excélsior, en entrevista.
Un evento que en 2020 fue señalado por desarrollarse a máxima capacidad durante el inicio de la pandemia y siendo el último permitido por el gobierno de la CDMX, parado durante 2021 y renaciendo este próximo fin de semana.PUBLICIDAD
Con un cartel formado por un 70% de nuevas bandas, la regeneración está en curso. Por ejemplo, el propio promotor ha mencionado en nuestra charla el trap y el rap justificado en la presencia de Wos, Trueno, Aczino y el resto de los chicos de Batalla de Campeones como “parte del nuevo punk”.
Lo son. El freestyle dejó de ser una escena del ya merito y pasó al mainstream. Al menos los invitados al festival lo son, un par de argentinos llenan estadios en Argentina; Aczino es el rey de la improvisación y acaba de hacer una rola con Moderatto, otra con Snoop Dogg. El festival no quiere soltar esa escena y la recibe con lo mejor (hace dos años fue con Duki) y, por supuesto, con el papá de los pollitos, Residente.
Ellos se mezclan con el catálogo clásico: Los Auténticos Decadentes, La Maldita Vecindad, Julieta Venegas, Los Fabulosos Cadillacs, Cecilia Toussaint e, individualmente, los integrantes de Gran Sur (Iñaki Vázquez, Sofi Mayen, El Cha y Elohim Corona). El elenco que llena y es querido, y que siempre está por encima de los haters con su clásico “siempre los mismos”.
El género popular es otro indicio de la transformación. La Banda MS, representando a México (se rumora la presencia de Snoop Dogg) y, por parte de Argentina, La orquesta Delio Valdez, con una década en la cumbia y una organización totalmente ideal, apegada al Do it Yourself (Hazlo tú mismo) del nacimiento del punk.
Creemos que la cultura pertenece al pueblo; empezando por ahí, alguna vez se nos acercó una multinacional y el contrato era quedarse con lo nuestro. Infraestructura a cambio del trabajo. No iba con lo nuestro, esta orquesta está organizada en una cooperativa. Somos hijos de los que sobrevivieron a la dictadura militar y a las Malvinas.
Ellos nos dejaron un legado desde la organización obrera y estudiantil; el cooperativismo está ligado a la lucha social, desde lo anarquista hasta después de la crisis de 2001, estamos muy marcados en una posición política de la banda. Quizá no tengamos letras contestatarias tan literales, pero muchas traen un mensaje apelando al pueblo; usar lo político para hacer sonreír y bailar a la gente”, explicó Pablo Broide, saxofonista de la agrupación.
Si el Vive Latino busca lucha, La Delio Valdez encaja con el perfil, lo mismo que los mexicanos Son Rompe Pera. Vecinos de la Ramos Millán, en Naucalpan, haciendo punk, rock, danzón, cumbia y todo género desde la marimba. Cortesía de los hermanos Gama, Kacho y Mongo, cuidando el legado de su padre fallecido hace unos años.
Tristemente, a excepción del festival, el grupo goza de más popularidad lejos de su tierra. Los adoran en Chile y Argentina. Pese a defender el folclor nacional y adaptarlo a nuestros tiempos para promover nuestra idiosincrasia y cultura. Son Rompe Pera parece sufrir el mismo síndrome que Rodrigo y Gabriela en sus inicios:
El festival va rompiendo paradigmas en sus entrañas. Daniel Quién, lo más cercano que tenemos a una sicodelia sesentera y muy influenciada por The Beatles, debuta en este masivo. Ha desafiado la duración estándar de la canción grabada y en vivo, por consecuencia, la de un disco. Aroma a nostalgia, su álbum debut, dura hora y media.