“Una imagen habla más que mil palabras, es una imagen que me recuerda al asesinato de Colosio por el impacto, lo pórtate es que se difunda para ver si así reaccionamos como sociedad, no es un caso aislado, ya había el primer caso ahí, en Guerrero es el estado donde más candidatos han asesinado en elecciones vinculadas al proceso”.
En entrevista con Carlos Loret de Mola, el analista y maestro en seguridad internacional por la Universidad de Columbia, Carlos Matienzo, habló de la muerte de Alfredo Cabrera, candidato a la alcandía de Coyuca de Benítez, Guerrero y dijo que en este proceso electoral han asesinado a 133 personas entre aspirantes, candidatos, precandidatos, candidatos suplentes, esposas, hijos, padres y choferes; 36 no pudieron llegar a la boleta y 56 fueron militantes, en materia de seguridad las autoridades sólo han minimizado el problema.
Matienzo aseguró que la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez fracaso porque no pudo prevenir, aún falta que sucederá después de las elecciones, las cifras no coinciden con las de las organizaciones y puntualizó que deberían todos cooperar para proponer soluciones, incluso el Gobierno.
“Es un reto muy importante, el silencio no es la solución, tenemos que ser conscientes de lo que pasa, es importante que medios hablen de esto, pero también organismos internacionales, lo de la OEA, tendrá que ver lo que sucedió, llamar a la ciudadanía a ser valientes y salir a votar es la única forma… La responsabilidad principal de que esto no inhiba el voto, está en el Gobierno, tienen que anunciar que en lugares donde ha pasado esto va a haber un redoblamiento de la Guardia Nacional, tienen que servir para esto, tienen que haber presencia en todos estos lugares”.
El analista señaló que hay dos tipos de estados donde se han concentrado los ataques a candidatos, en lugares como Chiapas, Puebla, Veracruz y Oaxaca son distintos problemas y sitios como Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas, Morelos, Zacatecas y Guerrero que también incluye otra serie de conflictos el problema es el crimen organizado; se tenían que reforzar las medidas de seguridad, pero no previnieron, “nadie sabe qué hacer cuando hay una amenaza, no hay protocolo”, concluyó.