En un entorno mundial de precios récord de la gasolina, los combustibles en México se han visto amortiguados por la ayuda fiscal del gobierno federal, con el objetivo de contener la inflación y no afectar a la población.
Desde el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Hacienda ha aplicado estímulos al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y recientemente, con el alza en el precio internacional del petróleo y las gasolinas, implementó un estímulo complementario sobre el IVA e ISR.
Así, mientras en Estados Unidos se han visto precios máximos históricos, en México éstos se han visto contenidos.
De acuerdo con Alejandro Montufar, CEO de PETROIntelligence, si no existieran estos estímulos del gobierno federal, el precio de la gasolina Magna en promedio no sería de 21.73 pesos por litro, sino de 34.13 pesos.
La gasolina Premium se ubica en 23.77 pesos en promedio, pero sin los apoyos de Hacienda estaría en 35.44 pesos.
Lo mismo para el diésel; su precio es de 23.41 pesos en promedio, pero debería ser de 35.57 pesos.
A la fecha, estos dos estímulos en la gasolina Magna suman 12.40 pesos por litro; en Premium, 11.67 pesos y en diésel, 12.16 pesos, es decir, esto es lo que no están pagando los consumidores.
Para el especialista, los estímulos no solo han dado estabilidad, también ha incrementado la demanda de producto del lado mexicano por los estadounidenses que cruzan la frontera para cargar gasolina.