Ojalá fuera cierto que las personas de las instituciones militares fueran intachables, como argumenta el presidente López Obrador, como para evitar que la Guardia Nacional se corrompa, señaló Ernesto López-Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, en Así el Weso.
En entrevista con Enrique Hernández Alcázar, recordó que están documentadas por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos cientos de violaciones graves a los derechos humanos que incluyen tortura, desapariciones, ejecuciones que derivaron en recomendaciones de la CNDH, y donde las fuerzas armadas aceptaron que son responsables.
Si no queremos ver esa evidencia y el presidente nos dice que las fuerzas armadas no se corrompen y nosotros queremos creerlo, entonces serían las únicas instituciones en el planeta tierra que no se corrompen, porque los ejércitos tienen problemas en el mundo entero de corrupción, destacó.
López-Portillo pidió no olvidar que la iniciativa del presidente López Obrador para que la Guardia Nacional esté bajo el mando del Ejército, y que ya recibió la Cámara de Diputados, está fuera de la constitución y es de una ‘gravedad extraordinaria’.
La base del asunto, dijo, es que el presidente no reconoce la Constitución como un límite para él y que no se está discutiendo si esta ruta nos va a dar seguridad.
Y el Congreso va a votar esto sin discutirlo otra vez con lo que se da un paso más en la vía militar, pero no se da un paso más en la rendición de cuentas informada y con la evidencia en mano de las políticas de seguridad, finalizó.