Luiz Inacio Lula da Silva juró por tercera ocasión como presidente para el periodo 2023-2027, ante el Congreso Nacional de Brasilia, justo 20 años después de asumir su primer periodo al frente del país sudamericano.
El mandatario recibió la banda presidencial de la mano de representantes del pueblo, entre ello mujeres, afrodescendientes, niños, personas con discapacidad y líderes indígenas.
Aunque de forma oficial debía recibir la banda del presidente saliente, Jair Bolsonaro, éste rechazó formar parte del acto de investidura pues significaría reconocer su derrota, y viajó al extranjero.
En su primer discurso ante miles de personas que se congregaron en la Explanada de los Ministerios, Lula da Silva, rompió en llanto en varias ocasiones y se comprometió a reconstruir a un país que dijo, recibe en “terribles ruinas”.
“El diagnóstico que recibimos del gobierno de transición es desastroso. Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública, protección forestal, asistencia social”.
Por otra parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva señaló que la democracia fue la gran vencedora en las pasadas elecciones y adelantó que buscará rescatar a 33 millones de brasileños del hambre y a 100 millones de la pobreza.
Primeras acciones
Durante sus primeras horas en el cargo, el presidente de Brasil:
- Restauró las facultades de Ibama, la agencia ambiental más importante del país, para combatir la deforestación ilegal.
- Descongeló el fondo amazónico por mil millones de dólares financiado por países europeos, reforzando la promesa de frenar la deforestación en la Amazonía
- Revocó la flexibilización de los controles de armas de fuego y municiones que aprobó Bolsonaro, que aumentó la posesión de armas en el país.
- Firmó un decreto para otorgar un beneficio mensual de 600 reales para familias de bajos ingresos.