El Banco de México (BM) pronosticó que México tendrá un crecimiento de 2.1% de su Producto Interno Bruto en 2022, un crecimiento insuficiente para recuperarse de la caída por la crisis de 2020 y crecer por encima de su nivel prepandemia de Covid-19.
“Para fines de 2021, Nicaragua, Guatemala y Chile habían más que recuperado sus anteriores pérdidas, logrando crecer por encima de su nivel prepandemico. No obstante, algunos países —particularmente México y Brasil que son preponderantes en los promedios regionales por su tamaño de sus economías— aún no han recuperado o apenas han recuperado sus niveles anteriores”, dice el organismo internacional.
Para evitar el regreso de las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, los países de la región deben llevar a cabo una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde, recomendó el Banco Mundial.
“Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación post pandemia”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
“A largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”, señaló.
Las economías de América Latina y el Caribe van camino a una recuperación tras la crisis de Covid-19, aunque las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente, según el informe“Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde”.
Tras un rebote de 6.9% en 2021, se espera que el PIB de la región crezca 2.3% este año y un 2.2% adicional en 2023, logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica.
Agrega que las modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial.
La previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0.4% tras la invasión rusa de Ucrania, explicó el Banco Mundial. Por el lado positivo, el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas. De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención.
De acuerdo al informe del Banco Mundial, es imperativo poner en marcha una serie de reformas a favor del crecimiento en infraestructura, educación e innovación, y las inversiones más importantes deben financiarse a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales.
Pero estas reformas tan necesarias deben responder a los grandes acontecimientos que están configurando la economía mundial, incluido el cambio climático.
En los últimos 20 años, subraya el informe, los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente a 1.7% de su PIB anual a causa de los desastres relacionados con el clima, mientras que unas 5.8 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza en la región para el año 2030.
La agricultura probablemente se verá seriamente impactada, con una reducción en los rendimientos de los cultivos en casi todos los países, mientras que la estabilidad de la generación de energía se verá afectada por cambios en el ciclo hidrológico.