Reuters.- La base aérea de la OTAN en la ciudad alemana de Geilenkirchen ha elevado su nivel de seguridad “basándose en información de inteligencia que indica una amenaza potencial”, se informó a última hora del jueves.
“Todo el personal no esencial para la misión ha sido enviado a casa como medida de precaución”, dijo la base en un comunicado en la plataforma de redes sociales X, sin dar más detalles. “La seguridad de nuestro personal es nuestra máxima prioridad. Las operaciones continúan según lo previsto”.
Un portavoz de la base de Geilenkirchen dijo que el nivel de amenaza se había elevado a Charlie, el segundo más alto de los cuatro estados de alerta, que se define como “un incidente (que) ha ocurrido o se ha recibido información de inteligencia que indica que es altamente probable algún tipo de acción terrorista contra organizaciones o personal de la OTAN”.
Fue la segunda vez que la base que alberga la flota de aviones de vigilancia AWACS de la OTAN eleva el nivel de seguridad, tras un incidente ocurrido la semana pasada cuando una base militar de la cercana Colonia fue acordonada temporalmente mientras las autoridades investigaban un posible sabotaje del suministro de agua.
Ese mismo día, la base de Geilenkirchen también informó de un intento de allanamiento que motivó un barrido completo de las instalaciones.
En cuanto a la sospecha de sabotaje en la base de Colonia, los militares alemanes dieron posteriormente el visto bueno, afirmando que los resultados de las pruebas habían demostrado que el agua del grifo no estaba contaminada.
La OTAN ha advertido en el pasado de una campaña de actividades hostiles organizadas por Rusia, que incluyen actos de sabotaje y ciberataques. Moscú ha acusado regularmente a la alianza de amenazar su seguridad.
En junio, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que la alianza militar occidental veía evolucionar un 4 y que los recientes ataques eran el resultado de una mayor actividad de la inteligencia rusa.
Varios incidentes en territorio de la OTAN han sido considerados sospechosos por los analistas en los últimos años, entre ellos el corte de un cable submarino vital que conectaba Svalbard con Noruega continental en 2022.