El presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sostenían el miércoles su primera llamada en siete semanas que duró 50 minutos, mientras Israel expande su incursión terrestre en el Líbano y sopesa cómo responder al reciente ataque iraní con misiles balísticos.
El despacho de Netanyahu confirmó también que el primer ministro recientemente habló con el expresidente estadounidense Donald Trump.
Trump, actualmente candidato republicano a la presidencia, llamó a Netanyahu la semana pasada y “lo felicitó por las operaciones intensas y determinadas que Israel llevó a cabo contra Hezbollah”, según el despacho del mandatario israelí.
Un aliado de Trump, el senador republicano Lindsey Graham, también participó en la llamada.
La Casa Blanca anunció en un breve comunicado que Harris participó en la llamada que tenían prevista Biden y Netanyahu y en la que se esperaba que el tema principal fuera cómo Israel responderá al ataque que Irán lanzó el 1 de octubre sobre su territorio con cerca de 200 misiles.
Israel ha estado evaluando cómo responder al ataque de misiles iraníes del 1 de octubre, que Estados Unidos ayudó a repeler. Biden dijo la semana pasada que no respaldaría un ataque israelí contra lugares vinculados al programa nuclear iraní.
Las otras alternativas podrían ser un ataque meramente simbólico —como el que Israel realizó tras el ataque iraní con drones y misiles en abril— o un ataque contra instalaciones petroleras u otra infraestructura.
Desde la última vez que hablaron Biden y Netanyahu, 21 de agosto, Israel ha llevado a cabo osadas operaciones de sabotaje y asesinatos contra Hezbolá, mientras que ese grupo ha seguido disparando misiles, cohetes y drones contra Israel.
Israel ahora está llevando a cabo lo que califica de operaciones terrestres limitadas en el Líbano para erradicar al Hezbolá. Las fuerzas israelíes han lanzado bombardeos que mataron al líder del grupo, Hassan Nasrallah, y que han diezmado su dirigencia.
El mes pasado, miles de bípers y walkie-talkies de Hezbolá estallaron, matando a decenas de personas e hiriendo a miles, entre ellos muchos civiles. Se cree que Israel estuvo detrás de ese ataque.
Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en el Medio Oriente, para defender tanto a Israel como a sus propios intereses en la región. Washington le ha insistido a funcionarios israelíes que deben informarle de sus acciones para poder proteger a las fuerzas estadounidenses apostadas allí.