Desde una perspectiva científica, el carisma es una combinación de inteligencia emocional, presencia social y habilidades de comunicación. Según estudios, como los de la psicóloga Olivia Fox Cabane, los elementos clave del carisma incluyen la presencia, el poder y el calor, cada uno jugando un papel vital en la forma en que nos perciben los demás.
La presencia se refiere a estar completamente en el momento; el poder, a la percepción de nuestra capacidad para afectar el mundo que nos rodea; y el calor, es similar a cómo funciona un ‘mapa de calor’ para sentir si tenemos relaciones frías o más cálidas con las personas, basadas en gran medida por la benevolencia y atención que los demás sienten que tenemos hacia ellos.
Estos aspectos del carisma no solo influyen en cómo nos ven los demás, sino también en cómo nos vemos a nosotros mismos, potenciando nuestra autoconfianza y autoestima.
Algunas investigaciones en neurociencia indican que el carisma está ligado a cómo procesamos las emociones y las expresamos. Un estudio publicado en la revista “Social Neuroscience” reveló que los individuos carismáticos tienden a tener una mayor capacidad para comprender y gestionar las emociones propias y ajenas, lo que les permite conectar a un nivel más profundo con los demás. Esto demuestra que, aunque algunos puedan tener una predisposición natural hacia el carisma, hay aspectos de esta cualidad que pueden ser aprendidos y mejorados con práctica y conciencia.
La diferencia entre tener magnetismo y carisma
Para la mayoría de las personas, ser magnético es lo mismo a tener carisma; y déjame decirte que tienen más de una diferencia que explico a continuación, para que no te confundas:
Características de ser magnético:
1. Atracción Instantánea: El magnetismo se refiere a una atracción casi instantánea que algunas personas ejercen sobre otras. Es una cualidad que atrae a las personas hacia ellas sin esfuerzo aparente, a menudo antes de que se haya establecido una comunicación verbal significativa.
2. Presencia Impactante: Las personas magnéticas tienen una presencia que se nota inmediatamente cuando entran en una habitación. Su energía, su manera de moverse y su presencia física capturan la atención.
3. Intensidad en la conexión: El magnetismo implica una intensidad en las conexiones personales que puede ser profunda, aunque no necesariamente duradera. Las personas se sienten fuertemente atraídas hacia individuos magnéticos en un corto período de tiempo.
4. Foco en la atracción: La naturaleza del magnetismo es tal que enfatiza la atracción, a menudo basada en cualidades externas o en una “vibra” que alguien emite, más que en habilidades de comunicación o acciones. Es el caso de querer llamar la atención a toda costa.
Ahora veamos qué es ser carismático:
1. Influencia duradera: El carisma se refiere a la capacidad de influir en los demás de manera positiva y duradera. Es una cualidad que implica no solo atraer a las personas, sino también inspirarlas y motivarlas hacia una causa, un objetivo o una mejora personal.
2. Comunicación efectiva y atractiva: Los individuos carismáticos son a menudo excelentes comunicadores. Su habilidad para conectar con los demás se basa en la autenticidad, la empatía y la habilidad para expresar sus ideas de manera clara y convincente.
3. Relaciones significativas: A diferencia del magnetismo, que puede ser más superficial, el carisma se construye y mantiene a través de relaciones significativas y genuinas. Los carismáticos se interesan verdaderamente en los demás y buscan el bienestar colectivo.
4. Inspiración y liderazgo: El carisma está estrechamente ligado a la capacidad de liderar e inspirar. Las personas carismáticas son capaces de movilizar a las personas y llevarlas hacia una visión compartida, generando lealtad y compromiso.
12 consejos para aumentar tu carisma
Si lo que quieres es desarrollar el carisma y conectar casi instantáneamente con los demás, estas sugerencias se basan en los más variados estudios del comportamiento humano. Cuando los implementes y practiques, empezarás a ver los resultados:
1. Ten una alta confianza en ti: Ninguna persona puede influir en los demás y mostrar su carisma, si primero no siente autoconfianza. Esto incluye que te guste estar junto a la gente, la disposición a aprender de los demás, y sentir seguridad interna en cualquier entorno.
2. Haz sentir importante a la otra persona: Uno de los secretos más poderosos del carisma es hacer que las personas se sientan valoradas y especiales. Presta atención genuina a lo que dicen, reconoce sus contribuciones y celebra sus éxitos. Esto crea una conexión profunda y significativa, lo que se traduce como una total presencia con el otro.
3. Escucha más de lo que hablas: A las personas les gusta ser escuchadas, más que escucharte -sí, así es-. Entonces, practica la escucha activa y empática. Al escuchar más, demuestras interés genuino en los demás, lo cual es una cualidad altamente carismática. Las personas se sienten atraídas hacia aquellos que les brindan un espacio para ser escuchadas y comprendidas.
5. Elogia a los demás: Esta técnica de carisma es irresistible. Cuando destacas algo de la otra persona la haces sentir importante, y significa que le prestas atención. Ten cuidado de no destacar aspectos sensibles como un detalle del físico; más bien, enfócate en habilidades sociales de la gente, del estilo “Qué bien que te veo conversar con tal persona”, “Felicitaciones por tu presentación: me llegó mucho”, etcétera.
5. Utiliza la sonrisa como herramienta clave: La sonrisa es un símbolo universal y está considerada como la conectora social más poderosa. No solo te hace más accesible y amigable, sino que también libera endorfinas, mejorando tu propio estado de ánimo y el de quienes te rodean. Una sonrisa sincera puede derribar barreras y construir puentes en la comunicación.
6. No invadas el espacio personal del otro: La proxemia, que es la distancia óptima en las relaciones humanas, es muy bien manejada por las personas carismáticas. Por ejemplo, el querer abrazar, tocar o poner tu mano sobre la de la otra persona al saludarse, puede intimidar ese espacio personal. Mantén las distancias: en promedio, en culturas anglosajonas un espacio saludable es de un metro y medio, y en la cultura latina, un metro veinte, aproximadamente.
Joe Navarro, un experimentado especialista en comunicación no verbal, afirma en su libro “El cuerpo habla” que el lenguaje corporal (gestos, posiciones, miradas, manos, piernas) necesita estar en concordancia con los mensajes para aumentar el carisma.
A propósito de lo gestual, pequeños signos de comunicación humana, como dar la mano en forma decidida y firme, mantenerse erguidos y en posturas que se denominan de alta seguridad o de poder, también transmiten mejor el carisma complementadas con los demás componentes.
7. Ten una buena cultura general: No sólo mostrarás un nivel educativo que apoye tu reputación y recordación, sino que no aparecerá lo que tienen muchos, que es querer darse la parte ante los demás. Es preferible que, si no sabes de algo, no hables; o bien, indagar con preguntas asertivas sobre el tópico que están conversando. De paso, sales aprendiendo.
8. Vístete y prepárate de acuerdo a la ocasión: El carisma también se revela en ciertos símbolos sociales, como la vestimenta, el pelo, los relojes, los aromas agradables sin caer en los excesos, y las joyas. Personas de mucho carisma prefieren ir a un estilo más sobrio y básico, más que a relucir por todos lados, lo cual quedaría como un exceso.
9. Acompasa a cada persona: “Acompasar” es una de las técnicas de la Programación Neuro Lingüística, que propone que vayas conversando e interactuando como su fueras al compás de la otra persona. Es una danza, donde el foco estará en la otra persona, aunque tú estarás desarrollando tus estrategias de carisma. Por ejemplo, estar a la misma altura es una demostración de una mejor conexión genuina con quien tienes enfrente.
10. Entrénate en llegar al corazón de todo tipo de personas: De esta forma, tendrás la versatilidad para conectar con personas de bajo, medio o alto poder adquisitivo, y mantener conversaciones apropiadas con cada quien. No hace falta demostrar nada, sino que tu espontaneidad y conexión genuina es lo que más apreciarán los demás.
11. Potencia aquello en lo que te destacas: Para disimular aspectos que quizás no has desarrollado aún -por ejemplo, bailar, si no te gusta o no te sale, o contar chistes y querer ser gracioso- puedes compensarlo con otros atributos de tus fortalezas. Quizás sea mantenerte atento a las conversaciones grupales, seguir el ritmo con el pie al mismo tiempo, y mostrarte atento y receptivo a los demás. Es decir que, en vez de forzarte a ser alguien que no eres, haz más de lo que ya sabes que te sale bien.
12. Refuerza tu comunicación con historias y anécdotas: Puedes utilizarlas estratégicamente para hacer que tus interacciones sean más memorables y atractivas.
El camino para ser más carismático es un viaje de autodescubrimiento y mejora continua. A medida que practiques estos consejos, te darás cuenta de cómo tu influencia y tu capacidad de inspirar a los demás crecen. Recuerda, el carisma no es solo una herramienta para el éxito personal y profesional; es una forma de enriquecer la vida de aquellos que te rodean, creando un impacto positivo y duradero. Así que, ¡adelante! Empieza a aplicar estos consejos y observa cómo tu carisma florece, abriendo nuevas puertas y creando oportunidades ilimitadas en tu camino.