Si no tienen idea sobre cómo diseñar su vida espiritual, nuestro pastor de cabecera, Mauricio Sánchez Scott, les va a dar unos consejos espectaculares para lograrlo.
Imagina que la vida espiritual es como construir un edificio. Para que sea firme, bello y funcional, necesita seguir un diseño, tener bases sólidas y estar bien organizado por dentro. Aquí les explicamos cómo podemos comparar este proceso con nuestra vida espiritual.
¿Cómo diseñar la arquitectura de tu vida espiritual?
Piensa en tu vida espiritual como un edificio, desde los cimientos hasta el interiorismo y estos son los consejos que tienen que seguir.
Guía: un mapa espiritual
Antes de construir cualquier edificio, necesitamos un plano. Sin una guía clara, podríamos terminar con una estructura débil o inestable. En nuestra vida espiritual, ese plano es la Biblia.
No se trata solo de un libro antiguo lleno de historias, sino de una brújula que nos ayuda a tomar decisiones, a encontrar dirección y a entender cómo enfrentar los retos de la vida. Así como los arquitectos siguen sus planos para construir algo fuerte y duradero, nosotros debemos leer y entender la Biblia para construir una vida firme.
La Biblia ilumina nuestro camino, nos muestra el propósito que Dios tiene para cada uno y nos da las herramientas para edificar una vida plena.
La fe: el cimiento de nuestra vida
Todo edificio necesita una base sólida. Sin cimientos fuertes, cualquier estructura se derrumbaría con la primera tormenta. En nuestra vida espiritual, la fe es ese cimiento. Tener fe significa confiar en lo que no podemos ver, pero que sabemos que es real.
La fe nos sostiene cuando enfrentamos dificultades o dudas, es lo que nos mantiene firmes cuando la vida se complica. Así como un edificio bien cimentado resiste los terremotos, una vida basada en la fe puede superar las pruebas y los desafíos. Tener una fe fuerte nos permite estar firmes, incluso en los momentos más difíciles.
Los pilares: oración, ayuno, estudio y mayordomía
Todo edificio necesita columnas que lo sostengan. En nuestra vida espiritual, esas columnas son la oración, el ayuno, el estudio y la mayordomía. La oración nos conecta con Dios, nos ayuda a entender Su voluntad y a pedir su dirección.
El ayuno nos permite enfocarnos en lo espiritual, renunciando temporalmente a lo material para escuchar mejor la voz de Dios. El estudio de la Biblia profundiza nuestro conocimiento y nos ayuda a aplicar sus enseñanzas en nuestra vida diaria.
La mayordomía nos enseña a administrar bien lo que tenemos, ya sea tiempo, recursos o talentos, reconociendo que todo es un regalo de Dios. Estos pilares son los que mantienen nuestra vida espiritual fuerte y estable.
El carácter: el diseño interior
Cuando entras a un edificio, lo primero que notas es el diseño interior: cómo está decorado y organizado. En nuestra vida, el diseño interior es nuestro carácter, lo que somos por dentro.
Dios no solo quiere que tengamos una vida sólida, sino que también nos llama a ser personas con integridad, bondad y compasión.
El carácter es lo que nos define cuando nadie nos ve. Es lo que revela cómo tratamos a los demás, cómo respondemos a las dificultades y cómo actuamos cuando estamos solos. Tener un buen carácter es lo que realmente embellece nuestra vida espiritual.
El propósito: el servicio a los demás
Finalmente, ningún edificio se construye solo para ser admirado desde afuera. Tiene un propósito: puede ser un hogar, una escuela, un hospital. En nuestra vida espiritual, ese propósito es el servicio. Jesús nos enseñó a servir a los demás, a poner nuestras vidas al servicio del prójimo.
Nuestra vida espiritual no está solo enfocada en nosotros mismos, sino en cómo podemos ayudar a quienes nos rodean. Servir a los demás nos permite compartir el amor y la bondad de Dios con el mundo.
Conclusión: un proceso continuo
La construcción de nuestra vida espiritual no se completa de un día para otro. Es un proceso continuo, que requiere ajustes y mejoras a lo largo del tiempo.
Siguiendo el mapa que es la Biblia, cimentando nuestra vida en la fe, fortaleciendo los pilares espirituales y trabajando en nuestro carácter, podemos construir una vida espiritual fuerte y con propósito. Al final, todo esto nos lleva a servir a los demás y a reflejar el amor de Dios en nuestras acciones.
Especialista: Mauricio Sánchez Scott. Pastor cristiano y Presidente de la Academia Nacional de la Música y Artes Cristianas. Predica el servicio en la Comunidad Cristiana VEA.