¿Cómo se enamoran los hombres y mujeres a nivel cerebral?

¿Cómo se enamoran los hombres y mujeres a nivel cerebral? Vamos a explicar todas las diferencias, por qué en teoría las mujeres sentimos ‘más’.

La neurociencia antes atribuía las diferencias entre hombres y mujeres a influencias culturales, pero en los últimos 15 años, nuevas tecnologías han revelado diferencias naturales en la estructura y función del cerebro según el sexo y las relaciones, por eso Pablo León, nuestro neuropsiquiatra de cabecera, les va a explicar cómo se enamoran los hombres y cómo lo hacen las mujeres a nivel cerebral.

¿Cómo se enamoran los hombres y mujeres a nivel cerebral?

Los niveles de la hormona del estrés, cortisol, aumentan durante la fase inicial del amor romántico, preparando al cuerpo para enfrentar esta «crisis». A medida que los niveles de cortisol suben, los niveles del neurotransmisor serotonina disminuyen.

Por ejemplo: Sentir un “hueco” en el estómago cuando pienso en la persona o sentirme ansioso por no saber qué está haciendo o porque no me contesta un mensaje al segundo uno.

Bajos niveles de serotonina desencadenan pensamientos intrusivos y obsesivos, típicos del enamoramiento.

Por ejemplo: No puedo dejar de pensar en la persona, en lo que hace o deja de hacer, no poder pasar mucho tiempo sin saber de ella/el, no dejar de ver sus publicaciones en redes sociales o no poder dejar de ver el Whatsapp para ver si está en línea o si está escribiendo.

Estar enamorado también libera altos niveles de dopamina, haciendo que el amor sea una experiencia placentera, similar a la euforia producida por el consumo de sustancias.

Por ejemplo: Sentir que el tiempo pasa muy rápido o muy lento cuando estoy con esa persona o no poder evaluar objetivamente los comportamientos o actitudes de la persona.

Además de los sentimientos positivos, el amor también desactiva la vía neural responsable de emociones negativas, como el miedo y el juicio social.

Por ejemplo: Una persona “enamorada” puede sentir que no hay límites o barreras para hacer alguna cosa. 

Estos sentimientos involucran dos rutas neurológicas:

  1. La relacionada con las emociones positivas, que conecta la corteza prefrontal con el núcleo accumbens.
  2. La asociada a las emociones negativas conecta el núcleo accumbens con la amígdala.

Cuando estamos enamorados, el sistema que realiza evaluaciones críticas de otras personas, incluidas las que nos atraen románticamente, se apaga. Esto explica la frase «el amor es ciego».

Otras sustancias importantes en el amor romántico son la oxitocina y la vasopresina. La oxitocina, liberada durante el sexo y el contacto físico, fortalece el apego y hace que las parejas se sientan más unidas. Esta hormona también provoca sentimientos de calma y seguridad, asociados con la unión de pareja.

¿En qué somos diferentes las mujeres de los hombres a la hora de enamorarse?

La principal diferencia en cómo se enamoran los hombres es la estructura del cerebro y la liberación de diferentes hormonas como por ejemplo:

Oxitocina

Si hablamos del tamaño total del cerebro, el hipocampo de las mujeres, que es clave para el aprendizaje y la memoria, es más grande y funciona de manera diferente.

Por ejemplo: Las mujeres recuerdan los eventos emocionales de manera más vívida e intensa que los hombres, y los traen a la mente con mayor rapidez, por ejemplo, los detalles de una pelea o un momento especial.

En cambio, la amígdala de los hombres, relacionada con las emociones y los recuerdos de esas emociones, es más grande que la de las mujeres.

Por ejemplo: Los hombres recuerdan cómo se sentían, pero no los detalles del evento.

Se sabe que las mujeres recuerdan los eventos emocionales de manera más vívida e intensa que los hombres, y los traen a la mente con mayor rapidez.

Después del nacimiento, la actividad en el sistema dopaminérgico mesolímbico impulsa interacciones continuas con las crías. Este sistema incluye neuronas productoras de dopamina en la sustancia negra y el área tegmental ventral, que proyectan al estriado, la corteza, regiones límbicas y el hipotálamo, influyendo en la motivación, emociones y conductas relacionadas con la recompensa.

Durante las interacciones madre-cría, la oxitocina se une a los receptores en el área preóptica medial. Estos sistemas se encuentran más “facilitados” en las mujeres que en los hombres.

Por ejemplo: Las mujeres podrían “enamorarse” o experimentar emociones de apego estable, más rápido que los hombres. La participación de los machos en el cuidado parental es poco común en los mamíferos, pero más frecuente en especies socialmente monógamas.

Por ejemplo: Los hombres pueden desarrollar conductas de cuidado parental, más a través de la práctica y la rutina, que a nivel biológico.

Se cree que las conductas paternas evolucionaron a partir de las madres debido a una mayor interacción con las crías y a la selección de hembras por machos con rasgos de cuidado.

Vasopresina

La vasopresina, por su parte, está vinculada a comportamientos que favorecen relaciones monógamas a largo plazo.

Refuerza la agresión territorial, la protección de la pareja, los celos y el vínculo en los hombres. No es sorprendente que la secreción de esta hormona, junto con la oxitocina, aumenta durante la actividad sexual, lo que refuerza el vínculo de pareja, la monogamia y la cognición social.

Por ejemplo: La vasopresina parece tener más influencia en varones, por lo que podrían tener conductas más agresivas e intensas en respuesta a los celos.

Las diferencias en el efecto de estas hormonas pueden explicar por qué el amor pasional tiende a desvanecerse mientras crece el apego.

Por ejemplo: En parejas estables y de mucho tiempo, disminuye la cantidad de relaciones sexuales.

Si el amor perdura, la descarga emocional se calma después de uno o dos años. La pasión sigue presente, pero el estrés desaparece, y los niveles de cortisol y serotonina vuelven a la normalidad. Lo que comienza como un factor de estrés para nuestro cerebro, se convierte en una protección contra el estrés. Las áreas del cerebro asociadas con la recompensa y el placer siguen activas, aunque el deseo constante que caracteriza al amor romántico disminuye.

En conclusión, ¿cómo se enamoran los hombres a diferencia de las mujeres?

El cerebro parece estar compuesto por módulos, cada uno responsable de una parte de comportamientos complejos y respondiendo a señales genéticas y hormonales.

Estos módulos se masculinizan o feminizan por la presencia o ausencia de testosterona en etapas tempranas del desarrollo. Los cerebros de hombres y mujeres no son idénticos, ya que las variaciones genéticas interactúan con la respuesta a estrógenos y andrógenos.

Estas interacciones afectan circuitos neuronales específicos y los comportamientos que regulan. El comportamiento de género se considera una suma de estos módulos, que determinan el grado de masculinidad o feminidad de una persona.

Algunos genes que muestran diferencias en la actividad entre machos y hembras en ratones tienen equivalentes humanos, algunos de los cuales están relacionados con el autismo y el alcoholismo.

Especialista: Pablo León. Médico cirujano especialista en psiquiatría y neuropsiquiatría. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y jefe del laboratorio de psiquiatría experimental del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.