Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, afirmó que los consultorios apostados en farmacias no son aptos para resolver problemas graves de salud y que sólo forman parte de un plan del neoliberalismo para desmantelar la salud pública.
En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el funcionario federal expuso que los médicos que ofertan sus servicios, generalmente jóvenes recién egresados de las escuelas de Medicina, no trabajan bajo estándares laborales adecuados que incluso podrían constituir violaciones a la Ley Federal del Trabajo.
“Para estas cadenas lo importante es que salgan con recetas con muchos medicamentos. Hay abuso de antibióticos, de esteroides, lo que ha causado problemas. El modelo es desmantelar el sistema público de salud”, dijo López-Gatell.
“No es conveniente el uso de esos servicios, pues los médicos tienen una presión importante porque son agentes de venta de lo que se vende en la farmacia. Están bajo presión porque tienen que hacer recetas de múltiples medicamentos”, añadió el funcionario.
Ejemplificó que durante la pandemia por Covid-19, el uso de estos servicios de salud por parte de la población puso en riesgo a las personas que se contagiaron, incluso les ocasionó la muerte, pues se abusó de ciertos medicamentos que, en la mayoría de los casos, no eran correctamente prescritos.
“Los consultorios adyacentes a la farmacia no resuelven problemas de salud de mayor importancia; quizás resuelven una pequeña gripe, un dolor de cabeza, una diarrea; un problema de salud muy de corta duración que afecta a población, principalmente sana”, apuntó.
Cuestionado sobre una regulación que permita el cierre de estos servicios, López-Gatell afirmó que pese a que es ideal que no operen, esto no será posible mientras no exista una cobertura total de los servicios públicos de salud en el país.
“Va a haber una fase de transición, en ese sentido los consultorios adjuntos o adyacentes a farmacias hoy cubren una necesidad, pero lamentablemente en condiciones muy precarias, precarias para la población que se atiende, precarias para los trabajadores, médicos y médicas que laboran ahí, y en cambio muy lucrativas para esas corporaciones”.
“Pero no podemos cancelarlos de tajo, lo deseable es que no existan, lo deseable es que no existan, en la medida en que el sistema público garantice la gratuidad, la universalidad, que todo mundo tenga acceso y desde luego que la calidad sea atractiva para el pueblo”, sostuvo.
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