Después de crear el nuevo formato de la Copa Davis de tenis con su empresa Kosmos, Gerard Piqué, central del Barcelona, quiso cambiar el formato de la Supercopa Europea porque entendía que era un torneo que no llamaba suficiente la atención y podía hacer un campeonato en verano que sirviera para medir a los mejores equipos europeos en unos pocos días. No fraguó la idea, pero sí que tiró hacia adelante su intención de hacer la Supercopa de España fuera del país con los mejores equipos de la Liga y la Copa gracias a la colaboración de la Federación. Un hecho que se consumó en 2019 —se firmó por un trienio, que tras la pandemia se amplió a seis ediciones, hasta 2025, con la opción de ampliarlo otros cuatro cursos más— y por el que su empresa recibe cuatro millones de euros por edición como comisión por hacerlo posible. Nada ilegal si se tiene en cuenta que no recibe el dinero de la Federación, sino que la que abona el importe es la empresa Sela, compañía pública de Arabia Saudí que se encarga de organizar grandes eventos deportivos y culturales en su territorio para tratar de mejorar su imagen internacional tras las denuncias de diversas ONG por violar los derechos humanos; sin embargo, entra en juego el conflicto de intereses al tratarse de un futbolista del Barcelona, uno de los conjuntos implicados en la operación, y al tratar también la situación de clubes deportivamente rivales. El Confidencial ha tenido acceso a conversaciones, documentos y audios que demuestran cómo se llegó a cerrar el acuerdo.
Amagó Piqué de inicio con que se celebrara la Supercopa en el Camp Nou, exposición que el Madrid no veía con buenos ojos. Aunque ya tenían Arabia Saudí en el entrecejo porque las conversaciones empezaron en 2018. “Creo que el Madrid me va a decir que no. Pero eso nos viene de puta madre para justificarnos de cara al futuro y decimos que es el estadio con más capacidad [el Camp Nou], que es el campeón de Liga [el FC Barcelona], que es el campeón de Copa o finalista de Copa [el FC Barcelona]… Yo creo que legitimidad tenemos”, comentó Rubiales a Piqué. “A ver, Rubi, si es un tema de dinero, si ellos por 8 irían, hostia tío, se paga ocho al Madrid y ocho al Barça… a los otros se les paga 2 [al Atlético de Madrid] y 1 [al Valencia]… son 19, y os quedáis la Federación seis kilos, tío. Antes de no quedaros nada, os quedáis seis kilos. Y apretamos a Arabia Saudí y a lo mejor le sacamos… le decimos que, si no, el Madrid no va… y le sacamos un palo más o dos palos más…”, respondió Piqué en una de las conversaciones. El Valencia, en este sentido, demandó a la Federación por la gran diferencia de retribución económica respecto a los dos grandes.
Pasados los meses, la Federación Española acordó con Arabia Saudí la celebración de la Supercopa con una retribución de 40 millones por edición. El 10% son para Kosmos, cifra que Rubiales negaba que pagaran al central porque era Arabia Saudí la que abonaba el importe, comisión que es estándar de mercado, según fuentes de la empresa. “Geri, enhorabuena. Y no me refiero ni al partidazo de ayer ni a tu gol. Me refiero a que ya son más de las 12 y por lo tanto ya es firme el acuerdo con Arabia Saudí. Un abrazo, gracias por todo y aquí estoy para lo que necesites. Bueno, menos para algunas cosillas que casi mejor no me necesites (risas). Venga, un abrazo enorme. Cuídate mucho, amigo”, señalaba Rubiales en otra de las conversaciones.
Estas conversaciones salen a la luz después de un robo reciente de documentos en la sede de la Federación Española. El organismo que preside Rubiales ha asegurado hoy a este periódico que todas las cifras fueran presentadas, explicadas y respaldadas por la asamblea federativa, y que el acuerdo con Arabia supone un gran beneficio económico para el fútbol español. También desde el entorno de Piqué se defiende la operación y el “negocio”, al asegurar que se pasó de un torneo “que a la federación le reportaba 120.000 euros a otro de 40 millones, por llevarlo fuera de España con un cambio de formato”, y que por ello Kosmos cobró “una comisión estándar de mercado”.
Con contrato, la operación no parece contravenir al artículo 24 del Código Ético de la RFEF: “Las personas sujetas al presente Código no aceptarán, entregarán, ofrecerán, prometerán, pedirán o solicitarán comisiones, en su beneficio o en el de terceros, por negociar o cerrar acuerdos u otras transacciones en relación con sus funciones, salvo que esté así establecido en un contrato legítimo”. Pero Piqué forma parte del torneo y podría vulnerar el artículo 22 del Código Ético: “Las personas sujetas a este Código no podrán ejercer sus funciones – en particular, preparar y participar en la toma de decisiones- en situaciones en las que haya un conflicto de intereses que pueda afectar a su actuación, sea este conflicto real o posible. Un conflicto de intereses surge cuando las personas sujetas al presente Código tienen, o dan la impresión de tener, intereses secundarios que puedan influir en el cumplimiento independiente, íntegro y objetivo de sus obligaciones”.
En una entrevista en la Cadena Cope en noviembre de 2019, Rubiales afirmó: “La empresa Kosmos nos presentó a esta gente de Arabia y la Federación les comunicó que no íbamos a pagar ninguna comisión. La Federación no ha pagado ninguna comisión a Kosmos porque hemos negociado directamente con la administración saudí. No soy quién para hablar de los demás ni conozco ese extremo [si Arabia había pagado una comisión a Kosmos]”.