Reuters.- Luego de dos años de salidas históricas de capital extranjero, México vio un regreso de flujos en 2022 seducidos por los atractivos rendimientos frente a otras economías, pero hacia adelante ello dependerá en buena parte del diferencial de tasas que deje un esperado fin del ciclo alcista del Banco de México (Banxico).
En 2022, el mercado local de deuda gubernamental recibió del exterior 73,530 millones de pesos (3,840 millones de dólares) más que el año pasado, luego de un éxodo masivo de capital de unos 515,000 millones de pesos entre 2020 y 2021, según datos oficiales divulgados el martes.
Con ello, la tenencia de deuda gubernamental en manos extranjeras aumentó un 4.5% a 1.71 billones en 2022, su mayor incremento desde 2014, pero aún muy lejos de los niveles de 2.15 billones de pesos antes de la pandemia.
La demanda de papel por parte de extranjeros comenzó a crecer luego de que Banco de México aceleró el endurecimiento de su política monetaria para hacer frente a la inflación, abriendo una amplia brecha con las tasas que ofrecen otras naciones, lo que también ayudó al peso mexicano, que se apreció un 5% en 2022 y empezó el 2023 con buena racha.
Banxico ha subido su tasa referencial en 650 puntos base desde que inició con su ciclo alcista a mediados de 2021 hasta su nivel actual de un 10.50%, muy por encima del rango entre 4.25% y 4.50% que ofrece la deuda estadounidense.
“La perspectiva para este año es que ese diferencial se mantenga, aunque no necesariamente durante todo el año, sino que Banco de México se pueda desligar de la Reserva Federal y ese diferencial se pueda reducir”, dijo Juan Rich, director de análisis del grupo financiero Ve por Más.
Noviembre y diciembre fueron meses clave para el saldo positivo de 2022, con los inversores tratando de tomar posiciones justo cuando comenzaron a crecer las apuestas a que el ciclo restrictivo de los principales bancos centrales del mundo, entre ellos el de México, estaría por llegar a su final.
Solo en estos dos meses, los inversores foráneos compraron títulos mexicanos por unos 169,500 millones de pesos, borrando la fuga de dinero que había venido mostrando el mercado más temprano en el año.
Flujos más estables
Analistas creen que el ritmo de recuperación estará determinado hacia adelante por la actitud de los inversores frente a activos considerados de riesgo, como la deuda mexicana, que se enfrenta a un inminente fin del ciclo alcista del banco central, mientras que otras economías seguirían subiendo tasas.
El mes pasado, la junta de gobierno del banco dijo que al menos una subida más de tipos de interés estaría en el camino, lo que ha llevado a algunos en el mercado a pensar en una tasa terminal en alrededor de un 11%.
Aun así, las presiones inflacionarias siguen latentes, así como las preocupaciones sobre su potencial impacto sobre la economía mexicana que se espera tenga un magro crecimiento en 2023.
La inflación anual cerró diciembre en un 7.82%, muy por encima de meta de las autoridades de un 3%, lo que podría difuminar en los próximos meses parte del atractivo de los bonos locales si los aumentos de precios siguen acelerándose y las tasas se estancan.
“No veo que entre mucho dinero adicional”, dijo Jorge Gordillo, jefe de análisis de la firma CI Banco. “(En todo caso) va a ser un año de cierta estabilidad en esta tenencia de valores gubernamentales, pero ya no tan negativo como años anteriores”.