Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, informó que “El Lastra”, reclutador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) detenido el fin de semana, declaró que en el rancho Izaguirre mataron y torturaron a los reclutas que se resistían a los adiestramientos, pero descartó que fuera un centro de exterminio.
“De acuerdo con el testimonio del detenido, llegaron a privar de la vida personas que se resistían a recibir el adiestramiento o bien intentaban escapar del lugar, así como golpearlos y someterlos a algún tipo de tortura”, declaró García Harfuch en la conferencia matutina de este lunes.
Momentos después, el secretario afirmó que no había indicios de que fuera un centro de exterminio, sino un centro de adiestramiento en el que había una pista de entrenamiento y añadió que la Secretaría de Seguridad Pública no tenían confirmado que hubiera restos humanos en el predio.
“Sé que la Fiscalía General de la República continúa con la investigación, pero nosotros como Secretaría de Seguridad y las áreas de investigación de inteligencia del gabinete de seguridad, no hay un indicio de que haya sido un campo de exterminio”, explicó.
Sin embargo, García Harfuch reconoció que durante el primer operativo en septiembre de 2024, donde detuvieron a 10 personas, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y Guardia Nacional encontraron un cuerpo.
La presidenta Claudia Sheinbaum añadió que, por esa razón, la Fiscalía General de la República (FGR) debía de ya asumir la responsabilidad del caso del rancho Izaguirre e iniciar el proceso de investigación “así como se lo haya entregado la fiscalía estatal” para esclarecer lo que sucedió dentro del predio.
En ese sentido, declaró que “si ahí hubo personas que perdieron la vida, eso lo tiene que decir la fiscalía” y que en su administración “siempre vamos a estar del lado de las víctimas, de la justicia, y también vamos a decir la verdad siempre”.
El pasado 7 de marzo, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco denunció la existencia de hornos clandestinos utilizados para calcinar cuerpos humanos, además, mostraron cientos de prendas de ropa, maletas y objetos personales que podrían pertenecer a las víctimas de reclutamiento forzado.