De acuerdo con la American Heart Society, el número de infartos en mujeres jóvenes de 35 a 54 años ha aumentado en un 10% en las últimas dos décadas y en México, las enfermedades del corazón representan el 23% de todas las muertes en mujeres.
Manlio Fabio, nuestro cardiólogo de cabecera nos va a decir por qué están pasando los infartos en mujeres jóvenes y que debemos hacer para cuidarnos.
¿Por qué está creciendo el número de mujeres que tienen infartos?
Según la American Heart Society, el número de infartos en mujeres jóvenes (de 35 a 54 años) ha aumentado en un 5-10% en las últimas dos décadas.
A nivel global, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres. Según la American Heart Association, las mujeres jóvenes que sufren un infarto tienen una tasa de mortalidad del 15-20% en comparación con el 10-12% en hombres jóvenes.
En México, la Secretaría de Salud reportó que las enfermedades del corazón representan el 23% de todas las muertes en mujeres, y este número sigue en aumento. Según el Journal of the American College of Cardiology, las mujeres jóvenes tienen un 50% más de probabilidades de ser diagnosticadas erróneamente cuando llegan a urgencias con síntomas de infarto.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud encontró que el 40% de las mujeres jóvenes que sufrieron un infarto tenían al menos dos factores de riesgo (como tabaquismo, hipertensión o colesterol alto).
Infartos en mujeres jóvenes ¿porqué hay tantos ahora?
En las últimas décadas, ha habido un aumento significativo en la incidencia de infartos entre mujeres jóvenes (menores de 55 años). Tradicionalmente, las enfermedades cardíacas se asociaban más con los hombres mayores, pero nuevas investigaciones muestran que las mujeres jóvenes también están en riesgo.
Los infartos en mujeres jóvenes a menudo se manifiestan de manera distinta que en los hombres o personas mayores. Generalmente las mujeres sufren un Infarto Agudo de Miocardio sin Lesiones Coronarias Obstructivas (MINOCA) que es un tipo de infarto en el que no se encuentran obstrucciones significativas en las arterias coronarias, que es lo que normalmente ocurre en los infartos típicos.
Diferencias entre un infarto agudo sin lesiones y los típicos infartos
Estas son las diferencias clave entre infarto agudo de miocardio sin lesiones coronarias obstructivas e infartos típicos:
MINOCA: No hay una obstrucción significativa en las arterias coronarias. En lugar de esto, puede deberse a espasmos de las arterias coronarias, disfunción microvascular, disecciones espontáneas de arterias coronarias (frecuentes en mujeres jóvenes) o problemas en la coagulación.
INFARTO TÍPICO: Generalmente es causado por la obstrucción de una arteria coronaria debido a una placa de colesterol que se rompe, formando un coágulo de sangre que bloquea el flujo de oxígeno al corazón.
¿Cómo es el diagnóstico de los infartos en mujeres jóvenes?
MINOCA: Las pruebas de angiografía coronaria (que buscan bloqueos) muestran arterias normales o con obstrucciones menores. Es más difícil de diagnosticar porque no sigue el patrón típico de obstrucción.
INFARTO TÍPICO: La angiografía suele mostrar bloqueos severos en una o más arterias coronarias.
¿Cómo es la presentación clínica?
MINOCA: Los síntomas pueden ser similares a los de un infarto típico, como dolor en el pecho, pero a veces son más leves o confusos. Muchas mujeres jóvenes pueden no presentar síntomas clásicos o ignorarlos.
INFARTO TÍPICO: Dolor fuerte en el pecho, dificultad para respirar, sudoración fría, náuseas, que suelen ser más claros y reconocibles.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
MINOCA: No siempre están presentes los factores de riesgo típicos, como el colesterol alto o hipertensión. En mujeres jóvenes, factores como el estrés, las hormonas o condiciones autoinmunes pueden jugar un rol importante.
INFARTO TÍPICO: Factores tradicionales como la diabetes, hipertensión, tabaquismo, obesidad, colesterol alto son más predominantes.
¿Cómo es el pronóstico y el tratamiento de los infartos en mujeres jóvenes?
MINOCA: El pronóstico puede ser mejor que en los infartos con obstrucción significativa, pero aún requiere un tratamiento adecuado que puede incluir medicamentos para manejar el dolor, controlar los espasmos, y prevenir la formación de coágulos.
INFARTO TÍPICO: El tratamiento generalmente incluye procedimientos como la angioplastia o el uso de stents para abrir.
Otras causas que dañan tu salud cardiovascular
Estrés y ansiedad: La vida moderna conlleva un aumento del estrés laboral, familiar y financiero. El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, lo que aumenta la presión arterial y daña el sistema cardiovascular.
Tabaquismo: Aunque ha disminuido en general, el tabaquismo entre mujeres jóvenes sigue siendo significativo y es un factor clave en el riesgo de infarto. Los productos químicos presentes en los cigarrillos, como la nicotina y el monóxido de carbono, dañan el revestimiento interno de las arterias, lo que favorece la formación de placas de grasa (aterosclerosis).
Fumar estrecha las arterias y limita el flujo de sangre hacia el corazón. Además, fumar aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que sobrecarga el sistema cardiovascular. Las mujeres jóvenes que fuman y usan anticonceptivos orales enfrentan un riesgo aún mayor de coágulos sanguíneos, lo que puede desencadenar un infarto.
Estilos de vida sedentarios: Muchas mujeres jóvenes llevan una vida más sedentaria, con largas jornadas frente a una computadora, lo que agrava el riesgo cardiovascular.
La falta de actividad física contribuye al aumento de peso, la acumulación de grasa en las arterias y niveles elevados de colesterol y presión arterial. Esto deteriora la salud cardiovascular y favorece la aparición de enfermedades como la diabetes, que también es un factor de riesgo para el infarto.
Obesidad y mala alimentación: Las dietas ricas en alimentos ultraprocesados y grasas saturadas han contribuido a un aumento en la obesidad y el colesterol alto entre las jóvenes. Estos alimentos elevan los niveles de colesterol «malo» (LDL) y triglicéridos en la sangre, lo que promueve la acumulación de placas en las arterias (aterosclerosis).
Esta obstrucción del flujo sanguíneo hacia el corazón aumenta el riesgo de sufrir un infarto. Además, los alimentos ultraprocesados suelen tener un alto contenido de sodio, lo que eleva la presión arterial.
Factores hormonales: El uso de anticonceptivos orales puede incrementar el riesgo de coágulos sanguíneos, lo que eleva las posibilidades de sufrir un infarto.
La formación de coágulos sanguíneos puede obstruir las arterias coronarias y causar un infarto. Este riesgo es mayor en mujeres que fuman o tienen otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión o colesterol alto.
Desconocimiento de los síntomas: Muchas mujeres no reconocen los síntomas tempranos de un infarto, lo que lleva a diagnósticos tardíos y aumenta la mortalidad.
¿Cómo saber que te está dando un infarto?
Los síntomas de un infarto en mujeres jóvenes pueden ser diferentes y a menudo más sutiles que en los hombres, lo que puede llevar a que se pasen por alto o se confundan con otras afecciones. Los signos más comunes incluyen:
- Dolor o malestar en el pecho: Aunque es el síntoma más típico de un infarto, en las mujeres jóvenes este dolor puede ser menos intenso o no estar presente en absoluto. Cuando ocurre, puede sentirse como una presión, opresión o ardor en el centro o el lado izquierdo del pecho, y puede durar unos minutos o ir y venir.
- Fatiga extrema: Muchas mujeres reportan sentirse inusualmente fatigadas días o incluso semanas antes del infarto. Esta fatiga no tiene una causa aparente y puede ser tan intensa que les resulta difícil realizar tareas cotidianas.
- Dificultad para respirar: La falta de aire o la sensación de estar ahogándose, incluso sin realizar esfuerzo físico, es otro síntoma común. Esta dificultad para respirar puede ocurrir con o sin dolor en el pecho.
- Dolor en la parte superior del cuerpo: Dolor en áreas como la espalda, el cuello, la mandíbula, los hombros o los brazos (generalmente el izquierdo). Este dolor puede ser gradual o repentino, y puede confundirse con dolor muscular o tensión.
- Náuseas, indigestión o malestar abdominal: A menudo, las mujeres pueden sentir náuseas, vómitos o síntomas de indigestión, que son menos comunes en los hombres. Estos síntomas a veces se confunden con problemas gastrointestinales.
- Sudoración excesiva: Sudar de forma repentina y excesiva, como si fuera un «sudor frío», es otro indicio de un posible infarto. Este síntoma puede aparecer junto con otros signos o de manera aislada.
- Mareos o desmayos: Sentir mareo, vértigo o aturdimiento, o incluso desmayarse, es una señal de alerta, especialmente si se acompaña de otros síntomas mencionados.
¿Cuáles son las consecuencias en los infartos en mujeres jóvenes?
Las consecuencias en los infartos en mujeres jóvenes incluyen:
- Tasa de mortalidad alta: Los estudios muestran que las mujeres jóvenes tienen una mayor tasa de mortalidad hospitalaria tras un infarto, comparado con los hombres de la misma edad, principalmente por la falta de diagnóstico oportuno.
- Secuelas a largo plazo: Incluso cuando sobreviven a un infarto, las mujeres pueden enfrentar problemas de salud crónicos, como insuficiencia cardíaca o una reducción en la calidad de vida.
- Impacto emocional y psicológico: Sufrir un infarto a una edad temprana puede generar ansiedad, depresión y miedo a realizar actividades físicas.
¿Cuál es el tratamiento y la prevención?
Es importante saber que el tratamiento incluye:
- Tratamientos médicos: Incluyen el uso de aspirina, medicamentos anticoagulantes, beta-bloqueadores y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas como angioplastias.
- Rehabilitación cardíaca: Es crucial que las pacientes participen en programas de rehabilitación cardíaca para mejorar su salud cardiovascular, recuperar la movilidad y reducir el riesgo de nuevos eventos.
Por otro lado la prevención incluye:
- Mantener una dieta saludable: Reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares y alimentos ultraprocesados, optando por una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y grasas saludables como las del aguacate, el aceite de oliva y el pescado. Esto ayuda a controlar los niveles de colesterol y la presión arterial.
- Realizar actividad física regular: Hacer ejercicio de manera constante, al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, como caminar, nadar o practicar yoga, mejora la salud del corazón y reduce el riesgo de obesidad, hipertensión y colesterol alto.
- Dejar de fumar: El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más importantes para el infarto. Dejar de fumar no solo mejora la salud del corazón, sino que también reduce la presión arterial y mejora la circulación sanguínea.
- Control del estrés: El estrés crónico puede aumentar la presión arterial y desencadenar hábitos poco saludables. Técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el impacto del estrés en la salud cardiovascular.
- Mantener un peso saludable: El sobrepeso y la obesidad están directamente relacionados con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Mantener un peso adecuado a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular reduce este riesgo.
- Revisiones médicas regulares: Realizarse chequeos periódicos para monitorear la presión arterial, el colesterol y el nivel de azúcar en sangre es esencial para detectar y controlar a tiempo cualquier factor de riesgo.
- Ser conscientes de los síntomas del infarto: Las mujeres jóvenes deben estar informadas sobre los síntomas de un infarto, que en ellas pueden ser diferentes de los de los hombres. Reconocer estos signos y buscar atención médica inmediata es clave.