La Cumbre de Líderes del G20 concluyó en Brasil, con temas destacados como la participación laboral femenina, el cambio climático o la migración. Durante las reuniones de este año sobre empleo, uno de los puntos centrales fue el impacto de las nuevas tecnologías en el trabajo decente. Si bien las principales economías del mundo reconocen el potencial de la digitalización, también advierten sobre sus efectos negativos.
“La tecnología es un arma de doble filo para el mundo del empleo, ya que puede tanto empoderar como perjudicar a los trabajadores, según su implementación. Los avances tecnológicos han revolucionado las industrias, permitiendo procesos más eficientes y oportunidades de trabajo remoto, pero también se han utilizado como herramientas de sobrecarga y vigilancia”, indica la nota técnica del Grupo de Trabajo de Empleo.
Además de esto, indica el documento, la economía de plataformas digitales y trabajos temporales “a menudo priva a los trabajadores de seguridad laboral y salario justo”. En ese sentido, si bien los avances tecnológicos pueden mejorar la experiencia laboral de las personas, platea retos en la protección de derechos básicos y bienestar de los trabajadores.
“Los países del G20 tienen conocimientos, influencia y recursos significativos, lo que los convierte en actores esenciales en la definición del panorama normativo aplicado al uso de las tecnologías y sus efectos en el mundo del empleo. Estas naciones podrían colaborar para establecer leyes y regulaciones integrales para proteger a los trabajadores en un mundo cada vez más digitalizado”, señala el informe.
Y entre las disrupciones de la tecnología en el mercado laboral, otro de los temas abordados fue el uso de la inteligencia artificial y los sesgos que pueden mantener desigualdades en el mundo del trabajo. “Los algoritmos y los sistemas automatizados a menudo refuerzan las prácticas discriminatorias, perpetuando el sesgo en la contratación y las promociones”.
Durante su presidencia, Brasil incluyó entre las prioridades el tema del impacto de las plataformas digitales en el trabajo decente, pero el tema no es nuevo en el G20, Argentina también lo contempló en su agenda durante su mandato.
“Si bien las plataformas brindan a los trabajadores una aparente flexibilidad y la capacidad de elegir cuándo y dónde trabajar, abriendo nuevas oportunidades y ampliando el acceso a fuentes alternativas de ingreso, existen preocupaciones sobre los derechos y protecciones de los trabajadores, a menudo carentes de protección social y laboral, y enfrentan incertidumbres sobre la clasificación de las relaciones que mantienen con estas plataformas”, señala el reporte.
En julio de este año se reunieron los ministros de Trabajo del G20 para abordar parte de estos desafíos. Uno de los compromisos asumidos, fue “brindar acceso a una protección social adecuada y sostenible a todos los trabajadores, incluidos los trabajadores temporales y de plataformas”.
Equidad de género, otro reto
A pesar de que algunas economías han avanzado en la equidad de género en el mercado laboral, la igualdad entre mujeres y hombres aún es “un desafío significativo para muchos países del grupo (…) las mujeres a menudo enfrentan disparidades salariales, acceso limitado a empleos de calidad y segregación ocupacional”.
En ese sentido, una de las prioridades planteadas en el G20 este año, es la adopción de medidas para la transparencia salarial y políticas públicas que contribuyan en la atención de cuidados de primera infancia.
En ese tenor, uno de los compromisos asumidos por las principales economías del mundo es la implementación de esquemas de transparencia salarial e hicieron un llamado a los países a sumarse a la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial.
“Para abordar estas desigualdades, nos comprometemos a desarrollar e implementar políticas integrales que desmantelen las normas sociales y culturales discriminatorias, así como las barreras legales para garantizar la participación igualitaria, plena y significativa de las mujeres en nuestras economías”, suscribieron los ministros de Trabajo del G20.