Las pesadillas pueden ser síntomas de enfermedades autoinmunes

Aunque no lo crean, si sueñan horrendo su cuerpo podría estar mandándoles una alerta, y es que las pesadillas pueden ser síntomas de enfermedades autoinmunes.

Cada día cientos de estudios intentan explicar cómo vivimos, y es que hasta la pastilla para la acidez que se toman por la mañana, es resultado de todo esto, pero ahora, estamos en shock porque se ha revelado que las pesadillas pueden ser síntomas de enfermedades autoinmunes.

Desde soñar todos los días que los matan, hasta las alucinaciones que aparecen cuando están despiertos y son de terror, pueden ser signos poco conocidos de la aparición del lupus y otras enfermedades autoinmunes sistémicas como la artritis reumatoide.

Según este estudio publicado por la revista eClinicalMedicine, si ya fueron diagnosticados con una enfermedad autoinmune, y de pronto empiezan a tener pesadillas, podría ser porque están a punto de empeorar intensamente y requerir tratamiento médico, así que si les está pasando esto o conocen a alguien que le pasen, sí o sí se tienen que ir al médico.

¿Y si tengo pesadillas de vez en cuando?

Obviamente el estudio realizado por Melanie Sloan, investigadora del departamento de salud pública y atención primaria de la Universidad de Cambridge, habla de sueños recurrentes, no uno cada año, sino diario o cada dos o tres días.

Los terrores nocturnos se ven más en enfermedades como el lupus, que en el peor de los casos afecta múltiples órganos, incluido el cerebro, pero también encontraron estos patrones de síntomas en enfermedades reumatológicas, como la artritis reumatoide, el síndrome de Sjogren y la esclerosis sistémica.

¿Qué es el lupus?

Para que se den una idea del horror que es esta enfermedad, deben pensar que el sistema inmunológico, que se supone nos protege de virus y bacterias, se pone como loco y ataca por error a los tejidos sanos del cuerpo.

Es como si su ejército decidiera atacar a su propio país, causando inflamación y daño en diferentes partes, desde la piel y las articulaciones hasta los riñones y el corazón.

Aunque no se sabe exactamente qué lo causa, se cree que es una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales. Es más común en mujeres, especialmente en aquellas de entre 15 y 45 años, y a veces puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas se parecen mucho a los de otras enfermedades.