El superpeso pareciera no tener fin, en los últimos meses cada semana el tipo de cambio registra un récord frente al dólar.
Si bien la moneda mexicana no había registrado un periodo tan largo mostrando esa fortaleza, no todo o no para todos son buenas noticias.
Para el Economista en Jefe del Grupo Financiero Ve por más (B×+), Alejandro Saldaña, la apreciación del peso tiene efectos favorables, principalmente en lo que respecta con la inflación, un problema que afecta la economía mexicana desde hace más de un año.
“Ayuda a que la inflación continúe bajando, recordemos que en México, al ser una economía abierta, pues muchos de los productos que se utilizan para consumo final son importados y también muchos productos que se utilizan como insumo para otros productos de uso final son importados”, afirma.
En entrevista con Forbes México, el especialista explica por eso el Banco de México (Banxico) ha mantenido una tasa de interés tan elevada, con un diferencial de 600 puntos base contra lo que se ofrece la Reserva Federal de Estados Unidos, provocando, entre otras cosas, el fortalecimiento de la moneda mexicana.
Por lo que en la medida que el peso se aprecia, esto ayuda a que la inflación continúe desacelerándose, problema que es uno de los principales retos económicos que hay a nivel mundial, el lograr que disminuya y se estabilice en niveles un poco más normales.
De hecho, en junio pasado, la inflación general decreció en el país a niveles del 5.06%, cerrando la primera mitad del año en su menor nivel desde marzo de 2021, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Mientras que la Economista en Jefe de Banco Base, Gabriela Siller, coincide que el super peso ayuda disminuir la inflación, además de generar un mayor rendimiento de las inversiones al pasarlas a dólares, además que abaratar la deuda del gobierno o de empresas.
Las malas noticias que trae el superpeso
Sin embargo, la apreciación del peso no es una buena noticia para todos, ya que, por ejemplo, quienes reciben remesas y estas forman parte importante de sus ingresos se han visto afectados, además de que este fenómeno también podría disminuir la competitividad de las exportaciones mexicanas, aunque estas tendrían un salvavidas: el nearshoring.
Alejandro Saldaña comenta que las remesas, al convertirlas a pesos y restar la inflación anual, ya están mostrando crecimientos negativos, lo que perjudica a los hogares que dependen de estos recursos para su día a día.
De acuerdo con datos de Banxico, las remesas en los primeros cinco meses de 2023 acumulan 24,667 millones de dólares, cifra superior a la de 22,372 millones de dólares reportada en el mismo lapso del año pasado.
Según Actinver, la llegada de recursos desde el exterior implica que el consumo de los hogares se mantendría robusto durante el segundo y tercer trimestre del año, además de brindar estabilidad al tipo de cambio.
Por la parte de exportaciones, el analista de Bx+ dice que hay que recordar que México es una economía que tiene un déficit comercial, por lo que el superpeso podría tener un efecto en este tema, ya que esto podría ampliarse dado que las exportaciones mexicanas están perdiendo competitividad contra el resto mundo.
“Me parece que es el principal elemento adverso, sin embargo, esto es meramente especulativo, ya que es probable que incluso cuando el encarecimiento de las exportaciones mexicanas, en términos relativos, puede que no sea tan adverso”, destaca.
En este sentido, Saldaña argumenta que la República Mexicana está quitándole algo de mercado a países competidores, como China, por lo que, independientemente de si se hacen un poco más caras o no, por un asunto estratégico seguirán siendo altamente demandadas o preferidas.
Al respecto, el Subdirector de Análisis Económico de Actinver, Ramón de la Rosa, expone que cuando un país se dedica solo exportar bienes y varía mucho el tipo de cambio el efecto puede ser fuerte, no obstante, no es el caso de la economía mexicana.
“México, muy bien balanceado, porque casi todo lo que exportamos de los casi 150,000 millones de dólares, gran parte de eso se contrarresta con las importaciones, es decir, mandamos a los Estados Unidos, pero a la vez también traemos insumos de allá, entonces la balanza comercial no tiene un déficit tan abultado”, explica.
Incluso, el especialista indica que la apreciación tan fuerte del tipo de cambio, casi el 12 por ciento en lo que va del año, no se ha visto reflejado en la actividad económica, porque sigue teniendo un dinamismo muy importante.
“Está en medio de un cambio estructural que es la reconfiguración de las cadenas globales, lo cual le ayuda a los exportadores, aunque reciban menos dólares por sus productos, están exportando cada vez más productos y en el neto pues salen un poco beneficiados”, añade.
Siller considera que hacia adelante el superpeso podrían empezar a afectar la inversión extranjera directa en el país, esto porque tendrían que destinar más recursos en dólares para sus planes en el territorio nacional.
Recientemente, Alejandro Gómez Tamez, director general de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), expuso que la fortaleza del peso mexicano frente al dólar comienzaba a causar diversos daños a la economía real del país.
“Imagine que construir una planta industrial que cuesta mil millones de pesos, (a un) tipo de cambio de 20 pesos por dólar es una planta de 50 millones de dólares, pero al tipo de cambio de 17 pesos por dólar, ya se hizo una planta de casi 59 millones de dólares”.
A pesar de esto, en mayo la Secretaría de Economía reportó que la Inversión Extranjera Directa (IED) recibida por México en el primer trimestre de 2023 creció 48% en relación con igual periodo de 2022, donde destacó el papel que ha generado la relocalización de empresas, es decir, el nearshoring.
Los datos del Inegi indican que en mayo el valor de las exportaciones de mercancías alcanzaron los 52,860 millones de dólares, mostrando un crecimiento de 5.8%, donde las no petroleras dirigidas a Estados Unidos avanzaron 11.4 % a tasa anual y las canalizadas al resto del mundo retrocedieron 3.5%.
Mientras que las importaciones de mercancías llegaron a 52.935 millones de dólares, monto que implicó un ascenso anual de 1.4%, resultado de un aumento de 7.8 % en las importaciones no petroleras y de una caída de 40.1 % en las petroleras.