¿Han intentado dejar de comer azúcar por 21 días y siguen con el antojo?, ¿en 21 días se puede dejar de fumar? Es lo que nos han dicho pero ¿los hábitos se forman en 21 días? aquí les contamos.
Seguro lo han escuchado antes: “Solo necesitan 21 días para formar un hábito”. Suena lindo, como si en tres semanas mágicamente empezaran a correr todas las mañanas o dejaran el azúcar sin esfuerzo. Pero la realidad es que construir un hábito no es tan rápido ni tan simple.
Los hábitos no se crean de la noche a la mañana. Se construyen con repetición, paciencia y constancia. Algunos pueden tardar semanas, otros meses y algunos incluso más tiempo. Así que si han intentado adoptar un nuevo hábito y después de 21 días siguen sintiendo que no les sale natural, no se preocupen: no significa que estén fallando, solo que necesitan más tiempo.
El mito de que los hábitos se construyen en 21 días
¿De dónde salió la idea de que en 21 días se puede adoptar un hábito? Todo parece haber comenzado con una observación que, con el tiempo, se convirtió en una “regla mágica”. Pero lo cierto es que cada persona es diferente, y cada hábito también.
- Los hábitos simples, como tomar un vaso de agua al despertar o hacer la cama, pueden volverse parte de la rutina relativamente rápido.
- Los hábitos más complejos, como hacer ejercicio regularmente, cambiar la alimentación o meditar todos los días, suelen tardar mucho más tiempo en sentirse naturales.
Si esperan que en solo tres semanas cualquier hábito nuevo se vuelva automático, lo más probable es que terminen frustrados. Y lo peor es que, cuando no lo logran en ese tiempo, pueden sentir que “no es para ustedes” y rendirse antes de que realmente se haya consolidado.
¿Entonces cómo logramos que un hábito se quede?
Más allá del tiempo que tome, lo más importante es la estrategia que usamos. Aquí les dejamos algunos trucos que pueden ayudar:
Conéctenlo con algo que ya hagan
Si quieren empezar a comer más frutas, en lugar de esperar a que “se les antoje”, intégrenlo en su rutina. Por ejemplo, decidan que siempre comerán una manzana con su café de la mañana.
Prioricen la constancia sobre la intensidad
Es mejor hacer ejercicio 10 minutos diarios durante tres meses que ir al gimnasio dos horas una vez al mes. La clave es la repetición, no la cantidad.
Diseñen su entorno para el éxito
Si quieren leer más, dejen un libro en su buró en lugar de su celular. Si quieren dejar de comer snacks poco saludables, no los tengan en casa.
Sean pacientes y flexibles
Habrá días en los que no cumplan al 100%, y está bien. Lo importante es volver a intentarlo al día siguiente en lugar de abandonar por completo.
Empiecen por las mañanas
Los hábitos nuevos se adoptan mejor si los realizan temprano en el día. Por la noche, la motivación suele disminuir y es más fácil dejarlo para “mañana”.
Lo que realmente les queremos decir: no se rindan
Uno de los problemas del mito de los 21 días es que muchos se frustran cuando, después de tres semanas, no sienten que su nuevo hábito es automático. Esto puede hacer que lo abandonen antes de que realmente haya tenido tiempo de consolidarse.
Saber que los hábitos tardan más en formarse no debería desmotivarnos, sino todo lo contrario: nos da permiso de ser pacientes con nosotros mismos. Si después de un mes aún sienten que les cuesta salir a correr o dejar el azúcar, no significa que estén fallando. Significa que su cerebro sigue en proceso de adaptación.
Así que si este año quieren adoptar un nuevo hábito saludable, no se estresen por los plazos. Lo importante no es cuántos días les toma, sino que sigan intentándolo hasta que se vuelva parte de ustedes.
Y si les toma tres meses, seis meses o un año, no importa. Lo importante es que cuando miren atrás, verán que cada intento valió la pena. Sí-se-pue-de-sí-se-pue-de.