Mucho ha sonado en redes sociales sobre lo que significa oler pan tostado, pero para darles paz, les vamos a explicar qué pasa con la phantosmia.
A ver, seamos honestos: ¿cuántas veces han escuchado eso de que “si hueles pan tostado, te va a dar un infarto o una embolia”? Urban legend nivel cadena de WhatsApp de la tía Carlota, pero que igual los deja medio paranoicos cada vez que pasan cerca de una panadería o alguien quema una concha en el horno.
Pero tranquilos, venimos a calmar sus nervios y, de paso, a contarles lo que sí significa andar oliendo cosas que no existen… como ese famosísimo pan tostado fantasma.
Spoiler: no, no es un infarto. Y tampoco es un don sobrenatural. Es phantosmia. Sí, suena a nombre de DJ, pero en realidad es una condición médica.
¿Qué significa oler pan tostado cuando no hay pan tostado?
Phantosmia es cuando perciben olores que en realidad no están ahí. O sea, su cerebro dice “mmm, a pancito quemado”, pero en la vida real no hay nada que huela así. Puede parecer chistoso, pero en realidad es un rollo medio complejo. Y antes de que se espanten, no significa automáticamente que tienen un tumor cerebral, un espíritu burlón en la casa o que están a punto de reencarnar.
Los olores más comunes son:
- Pan tostado
- Humo
- Gas
- Basura (ugh)
- O algo medio químico como “cloro con cebolla”, versión deluxe del olfato psicodélico.
Pero entonces… ¿es un infarto? ¿O un mini pre-infarto?
No. Según la ciencia —sí, esa que sí estudió— oler pan tostado no es un síntoma típico de infarto. Ni de derrame cerebral.
Lo que sí han notado algunos estudios es que personas con problemas de corazón como insuficiencia cardiaca o angina de pecho podrían tener más tendencia a experimentar phantom smells, pero eso no significa que cada vez que huelan humo invisible les va a pasar algo grave.
Así que si alguna vez dijeron “huelo a quemado” y todos a tu alrededor dijeron “yo no huelo nada”, relax, probablemente tu corazón no está en huelga.
¿Y entonces sí puede ser una embolia o qué?
Otra leyenda urbana muy famosa. Pero no, tampoco es un síntoma oficial de un derrame cerebral. Para eso existe el método “FAST” (sí, como rápido en inglés, pero también un acrónimo):
- F: Face – Se les cae un lado de la cara
- A: Arm – No pueden levantar un brazo
- S: Speech – Se les traba la lengua
- T: Time – Hora de marcar al 911
Si nada de eso te está pasando, y solo sientes que te huele el mundo a pan de masa madre carbonizado, probablemente estás en otro canal.
Entonces, ¿qué sí puede ser?
Ahí va la parte interesante (y sí, un poco más seria). Oler cosas que no están puede tener varias causas:
- Un resfriado fuerte
- Sinusitis
- Migraña
- Una infección respiratoria
- Parkinson o epilepsia (en casos muy específicos)
- Tumores (sí, pero no te automediques ni te autodiagnostiques, plis)
- Trauma en la cabeza (¿caídas recientes?)
- O, simplemente, el paso del tiempo. A veces, envejecer viene con efectos especiales.
También puede ser una reacción a medicamentos o incluso algo emocional: ansiedad, estrés o una de esas semanas que ya te están rompiendo el WiFi mental.
¿Qué hacer si hueles cosas raras (y nadie más las huele)?
Primero, no entres en pánico. Pero si el olor es persistente y te está afectando la vida —tipo, ya no puedes ni disfrutar tu flat white porque todo te sabe a humo—, entonces sí ve al doctor.
Te pueden hacer pruebas, desde revisar tu nariz con una micro camarita (nada de pánico, no duele), hasta escaneos tipo CT o MRI para ver si todo está en orden allá arriba.
Y si encuentran la causa, el tratamiento puede ir desde medicamentos para migraña o convulsiones, hasta (en casos rarísimos) cirugía. Pero eso es plan Z. En la mayoría de los casos, hay solución simple.
En resumen
Oler pan tostado no significa que estás a punto de morir. Pero sí puede ser una señal de que algo en tu cuerpo (o mente) necesita atención. Así que no lo ignores, pero tampoco te vayas al extremo de pensar que tienes los días contados.
Y mientras tanto, la próxima vez que alguien diga “huelo a pan tostado” y no haya ni una rebanada cerca… Ya saben que no es magia, no es Netflix, es ciencia.
Ahora sí, ustedes cuéntenos: ¿alguna vez han olido cosas que no están? ¿Era pan? ¿Era humo? ¿Era el crush de su adolescencia regresando en forma de recuerdo sensorial?