EFE.- Las sanciones a Rusia no están surtiendo efecto y su comercio exterior está casi en los niveles previos a la guerra en Ucrania, gracias principalmente a que sus países vecinos sirven de plataforma de entrada y salida de muchos productos hacia o desde Rusia, según publica hoy el diario The New York Times (NYT).
El diario recordó que Rusia dejó de publicar sus datos de comercio exterior tras la invasión de Ucrania, pero un análisis de las cifras de vecinos demuestran un incremento que indica que están proveyendo a Moscú de muchos de los bienes que se había pensado interrumpir con las sanciones.
Además, Moscú está aprovechando la alianza o la neutralidad de países que no están aplicando las sanciones para desviar una gran parte de su comercio a través de ellos.
Los dos indicadores que demuestran que las sanciones no están dando sus frutos son la estabilidad del rublo y las cifras del Fondo Monetario Internacional, que ayer publicó que la economía rusa crecerá este año un 0.3%, muy por encima de la contracción de -2.3% de la anterior previsión.
Si el puerto de San Petersburgo, el mayor de Rusia, ha dejado de recibir bienes como teléfonos móviles, piezas de automóvil o aparatos electrodomésticos, ahora estos productos están entrando por carretera desde países que no aplican sanaciones, como Bielorrusia, China, Armenia o Kazajistán; en algunos casos su cantidad es tal que solo cabe explicarlos porque tienen otro destinatario, como en el caso de Armenia, sostiene.
Además, el puerto de Estambul se ha convertido de facto en puerto de entrada de muchos bienes para Rusia, ya que desde él los cargamentos vuelven a salir al puerto ruso de Novorossiysk.
Tráfico comercial entre China y Rusia alcanza en diciembre cifras récord
Por su parte, el tráfico comercial entre China y Rusia alcanzó en diciembre cifras récord después de un periodo de ajuste inmediatamente posterior a la invasión: China -principal suministrador de semiconductores a Rusia- siempre se ha mostrado muy crítica con las sanciones.
El rotativo cita a Matthew Klein, economista y coautor de un libro sobre las guerras comerciales, que ha calculado que las exportaciones globales a Rusia estaban en noviembre pasado solo un 15 % por debajo de las cifras previas a la invasión.
Rusia también ha encontrado varias vías para sortear las condiciones impuestas a sus exportaciones petroleras, la primera de ellas utilizando intermediarios de países como Emiratos Árabes, India, Pakistán, Indonesia o Malasia que compran cargamentos de petróleo ruso que luego revenden, dice.
Otro experto citado por el diario es Ami Daniel, director de Windward, una compañía de datos marítimos, quien afirma que ha observado de forma recurrente en los últimos meses a barcos rusos que transfieren sus cargamentos petroleros a barcos de otra bandera en alta mar, en aguas internacionales, o que apagan sus receptores de satélite para no ser localizados.