¿Alguna vez les han dicho que son pasivo-agresivos? Rodolfo Solís, Psicofisiólogo clínico, nos hizo un test para descubrir de una vez por todas sí sí lo son o no, y qué deben hacer ante esta conducta.
¿Qué es una conducta pasiva-agresiva?
La conducta pasivo-agresiva es un patrón de comportamiento donde una persona expresa sentimientos negativos, como enojo o resentimiento, de manera indirecta en lugar de hacerlo abiertamente. Es como si la persona estuviera evitando la confrontación directa, pero aun así encontrara formas de expresar su malestar.
Aquí hay algunas características clave de la conducta pasivo-agresiva:
- Expresión indirecta de sentimientos negativos: En lugar de decir «Estoy enojado contigo», una persona pasivo-agresiva podría mostrar su enojo a través del sarcasmo, el silencio o la procrastinación.
- Resistencia a las demandas: Pueden mostrar resistencia a las peticiones de otros, ya sea retrasando las tareas, haciéndolas mal o «olvidándolas».
- Ambivalencia: A menudo hay una discrepancia entre lo que dicen y lo que hacen. Pueden decir que están de acuerdo con algo, pero luego actuar de manera contraria.
- Sentimientos de resentimiento: Suelen albergar sentimientos de resentimiento hacia otros, pero tienen dificultades para expresarlos directamente.
- Culpar a otros: Tienden a culpar a otros por sus propios problemas o sentimientos.
Ejemplos comunes de conducta pasivo-agresiva:
- Sarcasmo o comentarios irónicos.
- Procrastinación o retraso intencional de tareas.
- «Olvidos» frecuentes.
- Cumplidos ambiguos o «con doble intención».
- Tratamiento silencioso o «ley del hielo».
- Sabotaje sutil de los esfuerzos de otros.
Test: ¿Eres pasivo agresivo?
Este test es la daptación de 10 ítems a la escala Passive Aggression Scale de Lim y Suh. La conducta pasivo-agresiva puede ser perjudicial para las relaciones, ya que dificulta la comunicación abierta y honesta. Instrucciones: suma los siguientes puntos en este orden
- RESPUESTA A = 1 PUNTO
- RESPUESTA B = 2 PUNTOS
- RESPUESTA C = 3 PUNTOS
- RESPUESTA D = 4 PUNTOS
- RESPUESTA E = 5 PUNTOS
Prefiero no expresar mis emociones directamente, aunque me siento frustrado o molesto.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Tiendo a procrastinar tareas que no quiero hacer.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Evito confrontaciones directas, incluso cuando me siento abusado.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
A veces actúo de manera evasiva cuando se me pide una opinión o decisión.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Me resulta difícil expresar mis necesidades o deseos claramente, esperando que otros lo adivinen.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Cuando estoy molesto, prefiero quedarme en silencio en lugar de hablar abiertamente sobre el problema.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
A menudo hago comentarios sarcásticos o indirectos para expresar frustración.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Me siento incómodo al recibir elogios y tiendo a restarles importancia.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Si algo me molesta, a menudo finjo estar de acuerdo con los demás, aunque no lo esté.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Tiendo a ser indirecto al expresar mi desacuerdo o resentimiento con los demás.
- Totalmente en desacuerdo
- En desacuerdo
- Neutral
- De acuerdo
- Totalmente de acuerdo
Resultados
Si sumaron más de 35 puntos, indica una tendencia pasivo – agresiva
Definición e importancia del término pasivo – agresivo
La conducta pasivo-agresiva ocurre cuando una persona expresa su malestar o resistencia de forma indirecta en lugar de afrontarlo de manera abierta. A menudo, las personas que muestran conductas pasivo-agresivas no se expresan abiertamente, pero sus comportamientos transmiten frustración, enojo o descontento.
- Puede manifestarse en formas como:
- Retrasar tareas intencionalmente
- Usar sarcasmo o indirectas
- Olvidar compromisos «sin querer»
- Hacer cumplidos con doble sentido
- Negarse a colaborar cuando se les solicita
- Pedir a otros que asuman la confrontación
Efectos en el entorno laboral
- Deterioro del clima laboral: La pasivo-agresividad puede generar tensiones y conflictos no resueltos entre compañeros, afectando negativamente el ambiente de trabajo.
- Reducción de la productividad: Las dinámicas hostiles y la falta de comunicación clara pueden disminuir la eficiencia y eficacia de los equipos de trabajo.
- Desgaste psicológico: Los empleados pueden experimentar estrés y agotamiento debido a la constante presencia de conflictos no abordados y a la necesidad de interpretar intenciones ocultas.
Efectos en las relaciones personales
- Erosión de la confianza: La falta de comunicación abierta y la expresión indirecta de descontento pueden minar la confianza entre las personas, dificultando la resolución de conflictos.
- Aumento de la frustración: La acumulación de resentimientos no expresados puede llevar a estallidos emocionales inesperados y a una mayor insatisfacción en la relación.
- Ciclo de negatividad: La persistencia de comportamientos pasivo-agresivos puede crear un ciclo vicioso donde ambas partes se sienten incomprendidas y frustradas, afectando la calidad de la relación.
Análisis de la conducta pasivo-agresiva
Cualquier conducta tiene una función: ¿Qué está obteniendo la persona al actuar de esta manera
Antecedentes – ¿Qué ocurre antes de la conducta? (Ejemplo: se le pide a alguien que haga algo que no quiere hacer).
Conducta – ¿Cómo responde la persona? (Ejemplo: dice «sí», pero luego lo sabotea).
Consecuencias – ¿Qué obtiene o evita con esa conducta? (Ejemplo: evita la confrontación directa pero sigue resistiendo).
La conducta pasivo-agresiva puede tener varias funciones:
- Evitar confrontación directa: Algunas personas no se sienten cómodas con el conflicto directo y, por lo tanto, adoptan una postura pasivo-agresiva para evitar la confrontación explícita.
- Expresión indirecta de enojo o frustración: Cuando las personas no se sienten capaces de expresar su frustración de manera abierta, recurren a la pasividad agresiva para comunicar su malestar sin ser confrontativos.
- Control o manipulación: En algunos casos, el comportamiento pasivo-agresivo puede ser una forma de manipular situaciones o de obtener algo sin tener que pedirlo de forma directa.
- Baja habilidad para la comunicación asertiva: Muchas personas con comportamientos pasivo-agresivos no saben cómo comunicarse de manera directa y asertiva, lo que resulta en la manifestación de sus emociones a través de comportamientos indirectos.
- Esta conducta se refuerza si la persona logra su objetivo sin enfrentar consecuencias negativas.
¿Por qué ocurre la conducta pasivo-agresiva?
Las razones pueden ser diversas, pero algunas de las más comunes incluyen:
- Historia de aprendizaje: Crecer en ambientes donde la confrontación directa era castigada.
- Evitación del conflicto: Miedo a la confrontación o a ser percibido negativamente.
- Refuerzo intermitente: Si la estrategia funciona a veces, se sigue usando.
Identificar estos patrones es clave para manejar mejor la situación.
Estrategias para manejar la conducta pasivo-agresiva
Ahora lo más importante: ¿Cómo podemos manejar estas conductas? Aquí algunas estrategias desde un enfoque conductual:
- No tomarlo personalmente: Recuerda que la conducta pasivo-agresiva no está dirigida directamente a ti, sino que refleja las dificultades del individuo para manejar el conflicto o expresar sus emociones de manera directa.
- Reforzar la comunicación asertiva: Modelar y reforzar conductas en las que la persona pueda expresar su malestar de manera directa y respetuosa.
- No reforzar la conducta pasivo-agresiva: Si la persona evita tareas o usa sarcasmo para manipular la situación, evitar caer en su juego y establecer consecuencias claras.
- Establecer límites claros: Expresar de manera firme y respetuosa qué comportamientos son inaceptables. Por ejemplo: “Entiendo que puedas estar molesto, pero necesito que me comuniques tus inquietudes de manera directa.”
- Preguntar directamente: “¿Hay algo que te incomoda de esto? Prefiero que lo hablemos de manera abierta”.
Ejemplo práctico:
Escenario: Un compañero de trabajo dice “claro, yo lo hago, no hay problema” pero nunca entrega la tarea. Respuesta asertiva: “Noté que dijiste que sí, pero no se entregó a tiempo. ¿Pasó algo? Si prefieres, podemos discutirlo directamente para evitar confusiones”.
¿Cómo la modifico si yo ejerzo conducta pasivo-agresiva?
Reconocer el patrón de conducta y su contexto. El primer paso es ser consciente de que estás utilizando la conducta pasivo-agresiva. Esto puede incluir cosas como evitar decir lo que realmente piensas, procrastinar, hacer comentarios sarcásticos o dar respuestas indirectas cuando estás molesto. Observar estos comportamientos
y con quién los realizas te ayudará a darte cuenta de cuándo estás actuando de esta manera.
Pregúntate: ¿Qué estás buscando lograr con esta conducta (evitar el conflicto, obtener atención, controlar la situación)?.
Identificar las emociones subyacentes. La conducta pasivo-agresiva generalmente es una respuesta a emociones como el enojo, la frustración o el miedo al conflicto. Tómate un momento para identificar lo que realmente sientes en cada situación.
Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo realmente? ¿Por qué estoy evitando enfrentar este problema directamente? ¿Estoy temeroso de las consecuencias de expresar mis pensamientos?
Practicar la comunicación asertiva. La comunicación asertiva es la habilidad de expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, directa y respetuosa. En lugar de recurrir a la pasivo-agresividad, intenta ser honesto y expresar tus emociones de forma calmada, sin culpar o atacar a los demás.
Puedes empezar con frases como: “Yo me siento [emoción] cuando [situación].” / “Me gustaría que [solución o comportamiento deseado].”
Tomar responsabilidad por tus emociones. A menudo, las personas con conductas pasivo-agresivas sienten que no pueden expresar lo que piensan debido a que temen ser rechazadas o que sus emociones no sean validadas. Sin embargo, es importante recordar que tus emociones son válidas, pero la forma en que las comunicas es lo que debe cambiar. Asume la responsabilidad de cómo te sientes y de cómo reaccionas, sin culpar a los demás.
Desarrollar habilidades para resolver conflictos. Si evitas la confrontación directa, es útil aprender técnicas efectivas para resolver conflictos.
Algunas estrategias incluyen: Escuchar activamente a la otra persona sin interrumpir, buscar soluciones que beneficien a ambos en lugar de quedarte con el resentimiento, aprender a negociar y comprometerse cuando sea necesario.
Enfrentar los miedos al conflicto. Una de las razones de la pasivo-agresividad es el miedo al conflicto directo. Puedes empezar a desafiar este miedo poco a poco, exponiéndote a situaciones donde tengas que expresar tus emociones de manera directa. La clave es comenzar con situaciones más pequeñas y gradualmente trabajar hacia temas más complicados.
Buscar ayuda profesional si es necesario. Si sientes que la pasivo-agresividad es un patrón arraigado y te resulta difícil cambiarlo por ti mismo, hablar con un terapeuta o consejero puede ser muy útil. Un profesional puede ayudarte a explorar las raíces emocionales de tu comportamiento y enseñarte nuevas habilidades de comunicación.
Refuerza los cambios positivos. Cada vez que logres comunicarte de manera más asertiva y directa, reconócelo y felicítate. El refuerzo positivo te ayudará a mantener el cambio y motivarte a continuar mejorando tus habilidades de comunicación.
Establecer límites saludables. Las personas con conductas pasivo-agresivas pueden tener dificultades para establecer y respetar límites. Aprender a establecer límites saludables y a decir «no» de manera firme pero respetuosa puede prevenir la acumulación de frustración y malestar que se manifiesta luego de manera indirecta.
Manejar la conducta pasivo-agresiva no es fácil, pero entender su función nos da herramientas para abordarla de manera más efectiva. La clave está en fomentar una comunicación clara y reforzar respuestas más funcionales.