Test: ¿Eres tu peor saboteador?

¿Eres tu peor saboteador? Rebeca Muñoz nos dejó un test para decirnos cómo podemos trabajar esta actitud limitante que tenemos casi siempre, todos.

Muchas veces lo hemos dicho, “no puedes administrar lo que no conoces” y mientras no hagamos un alto para tener un autoconocimiento más profundo que nos lleve a inspeccionar, a aprender para llevarlo a un acción transformadora no avanzaremos, cayendo cada vez más profundo en un círculo vicioso de malos hábitos de pensamiento y acciones.

El 80% del tiempo resolvemos nuestros días a través del acting out, pensamientos mecánicos, muy arraigados e inconscientes que de no detenernos, a darnos cuenta, jamás llegaremos a producir resultados diferentes.

Test: ¿Eres tu peor saboteador?

Instrucciones: suma tu mayoría de A, B  y C.

Cuando tienes una idea que te emociona, tu primer pensamiento es:

A) ¡Vamos a hacerlo, seguro encuentro la manera!

B) Suena bien, pero ¿y si no sale como quiero o no sé si será buen momento o con qué dinero lo hago si no tengo?

C) Hijole, lo veo complicado, mejor lo pienso bien y luego lo hago.

Tienes una gran oportunidad frente a ti, pero requiere que salgas de tu zona de confort. ¿Qué haces?

A) Siempre me arriesgo, aunque tenga miedo. No dejo pasar una sola oportunidad

B) Lo pienso mucho y frecuentemente lo comento o pregunto con alguien más para conocer otros puntos de vista y después tomar una decisión.

C) Si me entusiasma mucho, lo apunto en mi lista de pendientes y seguro en algún momento habrá un mejor momento o tiempo para hacerlo.

Alguien te hace un cumplido en cualquier ámbito de vida, ¿cómo reaccionas?

A) Lo agradezco y me lo creo.

B) Me da gusto, pero en el fondo me da un poco de pena aceptar públicamente, no vayan a pensar que soy un soberbio o creído.

C) Pienso que solo lo dicen por ser amables o educados, pero en realidad no lo sienten.

Cuando enfrentas un problema inesperado, tu primera reacción es:

A) Buscar una solución de inmediato, actúo casi impulsivamente y resuelvo.

B) Me genera mucha ansiedad el no poder compartir con alguien esta situación o le llamo a la persona que sé que me puede orientar.

C) Pienso que los problemas son problemas y hay que aceptarlos y pagar las consecuencias. Ya habrá mejores momentos.

¿Cómo te hablas a ti mismo cuando cometes un error?

A) Me digo que es una oportunidad de desarrollo y aprendizaje, y no me lo reprocho el resto del día. Paso a lo que sigue.

B) Me frustro un poco, sí me llego a decir que “soy una tonta, que qué mal que no lo supe hacer” también comienzo compararme con otras personas que sí han podido resolver esa misma situación y no han sido “como yo”

C) Me critico duramente y me cuesta trabajo soltarlo, tengo una sensación constante de que no soy suficientemente bueno.

¿Cómo reaccionas cuando te das cuenta de que tienes una creencias que te limita?

A) La cuestiono y busco cambiarla, sé que todo lo que he aprendido no es verdad absoluta.

B) Me cuesta trabajo desafiarla, pero trato de hacer cosas nuevas, aunque son cierta resistencia.

C) Lo acepto como parte de mi personalidad, sé que incluso hay cosas que vienen de familia y uno es como es.

Resultados 

Mayoría de A: La confianza en ti mismo es sólida. Claro, todos dudamos en ocasiones, pero confías en que puedes manejar lo que venga.

Mayoría de B: De no poner atención fuertemente en tu diálogo interno, Podrías estar comenzando un camino hacia la desconfianza. Es normal, pero puede ser que el miedo al error o la necesidad de validación externa te detengan. Pero también de poner atención y retomar el camino, la consolidación de tu autoconfianza será muy fácil.

Mayoría de C: Tu peor crítico eres tú mismo. Tiendes a dudar mucho de tus capacidades y eso podría estar frenándote en varias áreas de tu vida. Por supuesto, la buena noticia es que puedes cambiarlo

La realidad es que la desconfianza es uno de los stoppers o limitantes más frecuentes en nuestro avance en cualquier sector de nuestras vidas. Pero hoy más que un tema que sea motivador a evitar este tipo de comportamientos, la intención es que técnicamente veamos cómo de verdad si comprendemos racionalmente de dónde viene y cómo evitar estas conductas, podremos iniciar poco a poco a caminar construyendo un camino con ruta diferente.

¿Qué es la confianza?

Confianza es la esperanza firme que se tiene sobre algo o alguien. Seguridad o creencia en la propia capacidad para enfrentar situaciones, tomar decisiones y lograr objetivos. No significa ausencia de duda, sino la certeza de que, aunque haya obstáculos, se pueden superar.

¿Qué es el miedo?

Es una emoción natural y adaptativa que surge ante una amenaza real o percibida. Su función es protegernos y prepararnos para reaccionar (luchar, huir o paralizarnos). Sin embargo, cuando es irracional o excesivo, puede convertirse en una barrera que nos impide avanzar y confiar en nosotros mismos.

En el contexto de la desconfianza, el miedo suele ser el origen de la inseguridad, ya que nos hace dudar de nuestras capacidades y temer al fracaso, al rechazo o a la incertidumbre.

Cuando hay aprendizaje debe de haber un cambio en la mentalidad, es decir no puedes seguir pensando exactamente lo mismo sobre algo de lo cual has aprendido algo nuevo, de ahí la importancia del aprendizaje continuo. Por lo que la CONFIANZA no es un don, es una habilidad que se entrena. El miedo puede venir de una fuente interna o externa. Aquí las más comunes:

Internas

La principal razón es nuestra propia imaginación que muchas veces nos lleva a una proyección poco esperanzadora, estamos entrenados para imaginar situaciones complejas. El 85% de lo que nos agobia, SOLO VIVE en nuestra imaginación.

  1. Miedo al rechazo: No confío en mi valor como persona y dudo de si los demás me aceptarán.
  2. Miedo al fracaso: No confío en mi capacidad de lograr algo y me paralizo antes de intentarlo.
  3. Miedo a equivocarme: No confío en mis decisiones y busco que alguien más me diga qué hacer.
  4. Miedo a lo desconocido: No confío en mi capacidad de adaptarme a nuevos retos o situaciones.

Externas

  1. Experiencias pasadas: Si alguien intentó algo antes y fracasó, puede asumir que volverá a fallar. Ejemplo: Si en mi primer negocio no me fue bien, dudo de mis habilidades para emprender otra vez.
  2. Comparación constante: Crecer en un entorno donde nos comparaban con otros o donde se premiaba la perfección puede hacernos creer que nunca somos lo suficientemente buenos. Ejemplo: «Mi hermana siempre sacaba mejores notas, yo nunca fui tan inteligente.»
  3. Mensajes aprendidos en la infancia: Si de niño escuchabas frases como «Eso no es para ti», «No te creas tanto», o «Ten cuidado, el mundo es peligroso», es muy probable que hayas crecido con una tendencia a la inseguridad.
  4. Falta de experiencia o preparación: A veces, la desconfianza es una señal de que realmente necesitamos más conocimientos o habilidades. No es lo mismo dudar sin razón que saber que aún no estamos listos.

Herramientas prácticas:

  1. La regla de los 5 segundos: Actuar antes de que la mente dude demasiado.
  2. Reformular el lenguaje: Responder a los cumplidos y agradecimientos con seguridad.
  3. Lista de logros: Registrar tres cosas que hiciste bien cada día.

Técnicas sugeridas para iniciar a cambiar la mentalidad 

Cuidar nuestro diálogo interno/sistema de creencias, comenzar a cambiar la verbalización que utilizamos ante una situación. Pudiera ser que estemos utilizando frases aprendidas que nos debilitan en la confianza.

Ejemplos:

  1. Al recibir un cumplido: “Fue suerte”, “no solo fui yo, fuimos todos” en lugar de “Gracias, si, la verdad es que me salió muy bien” Si, gracias me lo merezco.”
  2. Al recibir un agradecimiento: “No hay de qué” en lugar de “Me alegra haber ayudado.” O “Lo hice con mucho gusto, qué bueno que te fue útil”.
  3. Al enfrentar una nueva oportunidad: “No sé si pueda” en lugar de “Voy a dar lo mejor de mí.”

La verdad es que el MIEDO si lo usamos a nuestro favor, es darnos cuenta que estamos siendo suficientemente valientes para ampliar nuestra zona de confort y estamos ampliando nuestras propias habilidades.

Nuestro propio lenguaje, va creando nuestra realidad.

  • Elegir una situación en la que normalmente dudas y enfrentarte a ella con una mentalidad diferente.
  • Cambiar una frase de autodesconfianza por una de seguridad.
  • La confianza en ti mismo no significa que nunca dudarás, sino que actuarás a pesar de la duda. Empieza con pequeños pasos y verás cómo tu vida cambia.

Especialista: Rebeca Muñoz. Mind Coach. Autora del libro “Elige Positivo” y “Las ocho leyes de la inteligencia emocional”. Actualmente es Directora de Programas de Habilidades Humanas en Formación Ejecutiva Empresarial.