ada 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión y por eso Pablo León, experto en salud mental, dejaron este test para saber si estás deprimido o solo tristes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, hay más de 280 millones de personas en el mundo que tienen depresión y menos del 5% cuenta con un tratamiento.
En México, 2% de las personas ha sufrido depresión y 1 de cada 5 mexicanos sufrirá depresión antes de los 75 años. De acuerdo con la OMS, es la principal causa de discapacidad a nivel mundial.
La consecuencia más grave de la depresión es el suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800 mil personas en el mundo. Según la Secretaría de Salud, en México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión.
Según la World Health Organization (WHO), se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5,7% de los adultos mayores de 60 años.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
Test: ¿Cómo saber si estoy deprimido?
Aplicar la escala de Montgomery-Åsberg para la Evaluación de la Depresión (MADRS) es una herramienta utilizada ampliamente en contextos clínicos y de investigación para evaluar la severidad de los síntomas depresivos. Fue desarrollada por Montgomery y Åsberg en 1979.
INSTRUCCIONES: Suma
- 1 punto por cada respuesta A
- 2 puntos por cada respuesta B
- 4 puntos por cada respuesta C
- 6 puntos por cada respuesta D
¿Últimamente te sientes abatido, melancólico y triste?
- No, no hay tristeza.
- Te sientes decaído pero te animas sin dificultad.
- Pareces decaído la mayor parte del tiempo.
- Pareces siempre sin ánimo.
¿Te sientes deprimido y tu entorno se da cuenta? Estás triste, abatido y con el sentimiento de que no hay esperanza y nada ni nadie puede ayudarte.
- Manifiestas tristeza en algunas ocasiones según las circunstancias.
- Te sientes triste o decaído, pero te animas fácilmente.
- Tienes sentimientos generalizados de tristeza o melancolía. El estado de ánimo se ve influido por circunstancias externas.
- Te sientes abatido, desdichado y muy triste.
¿Tienes sentimientos de malestar, irritabilidad, confusión interna y tensión mental hasta llegar al pánico, terror o angustia?
- Te sientes tranquilo, sólo con un poco de tensión interna pasajera.
- Tienes sentimientos ocasionales de nerviosismo y malestar indefinido.
- Tienes sentimientos continuos de tensión interna o pánico intermitente que puedes dominar con dificultad.
- Sientes terror o pánico continuos.
¿Tus horas de sueño se han reducido drásticamente o tienes problemas para dormir?
- Duermes como siempre.
- Tienes ligera dificultad para dormir y duermes poco.
- Tienes sueño reducido o interrumpido durante al menos 2 horas.
- Duermes menos de 2 ó 3 horas.
¿Tienes pérdida de apetito comparada con la que tienes cuando te sientes bien?
- Tienes apetito normal o aumentado.
- Apetito ligeramente reducido.
- Sin apetito. La comida es insípida.
- Necesitas persuasión para comer algo.
¿Tienes dificultades para concentrarte?
- No hay dificultad para concentrarse.
- Tienes dificultades ocasionales para concentrarte.
- Tienes dificultades para concentrarte y seguir una idea que reduce tu capacidad de leer o mantener una conversación.
- Te sientes incapaz de leer o mantener una conversación.
¿Tienes dificultad para empezar algo o sientes lentitud para iniciar y realizar las actividades diarias?
- Te sientes sin dificultad para empezar algo.
- Tienes dificultades para iniciar tus actividades, pero ya que inicias todo funciona bien.
- Tienes dificultades para empezar actividades rutinarias sencillas o te cuestan demasiado trabajo.
- Te sientes incapaz de hacer algo.
¿Tienes poco interés por lo que pasa en el exterior y tu capacidad de reacción ante lo que pasa es menor?
- Tengo interés normal por el entorno y por otras personas.
- Tienes menor capacidad para disfrutar de las cosas que normalmente te interesan.
- Pérdida de interés por el entorno. Pérdida de sentimientos respecto a los amigos conocidos.
- Tienes la sensación de estar emocionalmente paralizado, incapacidad para sentir enfado, pena o placer y una total o incluso dolorosa falta de sentimientos hacia la familia y amigos.
¿Tienes pensamientos de culpabilidad, inferioridad, autorreproche y remordimiento?
- No
- Tienes ideas de fracaso, autorreproche o autodesprecio.
- Tienes autoacusaciones persistentes pero aún racionales, de culpabilidad, así como ideas cada vez más pesimistas respecto al futuro.
- Tienes alucinaciones de remordimiento y culpa absurdas o inquebrantables.
¿Tienes sentimiento de que no vale la pena vivir, que desearía que le llegara una muerte natural?
- Disfrutas de la vida y la aceptas tal como viene.
- Te sientes cansado de vivir. Tienes pensamientos suicidas pasajeros.
- Crees que probablemente estarías mejor muerto. Los pensamientos suicidas son habituales y se considera el suicidio como una posible solución, pero sin ninguna intención o plan específico.
- Tienes planes explícitos de suicidio cuando se presente una oportunidad.
RESULTADOS
- 0-6: Sin síntomas depresivos o depresión mínima.
- 7-19: Depresión leve.
- 20-34: Depresión moderada.
- 35-60: Depresión severa.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.
¿Cuáles son los síntomas?
- Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
- Episodios de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia.
- Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes.
- Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
- Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo mayor.
- Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso.
- Ansiedad, agitación o inquietud.
- Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales.
- Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches.
- Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
- Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio.
- Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza.
¿Qué percepción tienen las personas de la salud mental?
En estudio realizado este año en la Universidad de Uppsala, Suecia, este explora las percepciones sobre la salud mental a nivel mundial y el acceso a servicios en clínicas. Las conclusiones fueron:
La salud mental está profundamente influenciada por el entorno social: Las personas reconocen que la familia, amigos, la escuela y la sociedad en general pueden ser tanto un apoyo como un factor de estrés. Señalaron que el aislamiento social es especialmente dañino y que la soledad debe evitarse para mantener el bienestar mental.
El sistema de salud necesita adaptarse mejor: Se perciben barreras como la falta de accesibilidad, largas esperas y un enfoque insuficiente en sus necesidades individuales, especialmente en grupos vulnerables. Destacaron la importancia de un trato personalizado, seguro y confidencial para fomentar la confianza y la apertura.
La salud mental es difícil de definir y gestionar: Especialmente, las personas jóvenes consideran el bienestar mental como un objetivo dinámico que requiere esfuerzo constante. Sin embargo, a menudo no saben qué constituye la salud mental ni cómo lograrla. También se sienten inseguros al expresar sus emociones y creen que necesitan ser preguntados explícitamente por profesionales para abrirse sobre su estado mental.
¿Qué puedo hacer para cuidar mejor mi salud mental a inicios de año?
Apoyo social: La soledad puede “atrofiar” el cerebro. Tener gente con quien hablar (amigos, compañeros o familiares) mejora la salud mental. Actividades como voluntariados, clases o reuniones semanales fortalecen la materia gris del cerebro y retrasan el deterioro cognitivo.
De hecho, el Estudio de Harvard sobre Desarrollo Adulto es una de las investigaciones más largas y completas sobre la felicidad y la vida satisfactoria. Iniciado en 1938, ha seguido a varias generaciones de participantes para entender qué factores contribuyen a una vida plena y feliz. Uno de los hallazgos más significativos del estudio es el impacto de las relaciones sociales en la felicidad y la salud a largo plazo.
¿Cuál fue el hallazgo de este estudio?
La calidad de las relaciones importa más que la cantidad:
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- Las relaciones cálidas y significativas, tanto con familiares como con amigos o parejas, son el factor más importante para la felicidad y el bienestar.
- Relacionarse con personas en quienes se puede confiar y con quienes se puede compartir intimidad emocional es crucial para sentirse realizado.
Relaciones positivas mejoran la salud física:
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- Las personas con relaciones cercanas y saludables tienden a vivir más tiempo y gozan de mejor salud, incluso en edades avanzadas.
- Relacionarse bien con otros reduce el estrés, protege contra enfermedades cardiovasculares y mejora el funcionamiento del sistema inmunológico.
El impacto de las relaciones en la salud mental:
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- Las relaciones negativas o conflictivas contribuyen a mayores niveles de estrés, depresión y ansiedad.
- La soledad, por el contrario, se asocia con un deterioro más rápido de la salud mental y física.
La conexión social protege contra el deterioro cognitivo:
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- Mantener vínculos sociales fuertes a lo largo de la vida protege contra el deterioro cognitivo y la demencia en edades avanzadas.
La felicidad está en el proceso, no en los logros materiales:
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- El estudio encontró que ni la riqueza ni el éxito profesional son factores determinantes de la felicidad a largo plazo. En cambio, las experiencias de conexión humana y significado personal son los verdaderos indicadores de bienestar.
Se flexible en tus creencias y pensamientos
La flexibilidad psicológica es vital para la salud mental y se define como la capacidad de estar en el presente, aceptar pensamientos y emociones sin lucha interna, y actuar en alineación con los valores personales.
Los procesos de la flexibilidad mental se agrupan en dos dimensiones principales: habilidades de aceptación y habilidades de acción comprometida.