Vino Mario Citalán para hablar sobre la inteligencia emocional y qué tanto lo somos, así que hagan este test* y conózcanse un poco más.
De acuerdo a la World Economic Forum, el 90% de las personas más exitosas en el mundo poseen una inteligencia emocional alta, porque comprenden y gestionan sus emociones de manera efectiva. Según este mismo estudio, el tener una buena inteligencia emocional impacta el 58 % de las labores de cualquier empresa.
Según ICCSI, blog especializado en neurociencia, inteligencia y tecnología, sólo el 36% de las personas en el entorno son emocionalmente inteligentes, el 71% de los empleadores valora la inteligencia emocional sobre el coeficiente intelectual y el 82% de las empresas globales ahora utilizan pruebas de inteligencia emocional para los puestos ejecutivos.
Sin embargo, según el estudio de ICCSI, sólo el 42% de las empresas brindan capacitación específica para ayudar a los empleados a cultivar la inteligencia emocional.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y manejar nuestras propias emociones, así como las emociones de los demás. Esta habilidad es fundamental para el bienestar psicológico y el éxito en diferentes áreas de la vida, incluyendo las relaciones interpersonales, el trabajo y el desarrollo personal.
Según Mayer y Salovey (1990), la inteligencia emocional es la “habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones”.
Componentes de la Inteligencia Emocional
La inteligencia emocional se compone de varios elementos interrelacionados, según lo propuesto por Daniel Goleman, uno de los principales investigadores en este campo. Estos componentes incluyen:
- Conciencia emocional: La capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones en el momento presente. Esto implica estar atentos a cómo nos sentimos y por qué nos sentimos de cierta manera.
- Autorregulación emocional: La capacidad de manejar nuestras emociones de manera efectiva, controlando impulsos y reacciones emocionales. Esto implica la habilidad para calmarnos cuando estamos enojados, controlar la ansiedad en momentos de estrés y mantener la compostura en situaciones desafiantes.
- Motivación: La capacidad de dirigir nuestras emociones hacia metas y objetivos significativos. Las personas con alta inteligencia emocional suelen ser proactivas, persistentes y orientadas hacia el logro.
- Empatía: La capacidad de entender y responder adecuadamente a las emociones de los demás. Esto implica ser capaz de ponerse en el lugar de otra persona, percibir sus emociones y responder con sensibilidad y comprensión.
- Habilidades sociales: La capacidad para establecer y mantener relaciones saludables y satisfactorias con los demás. Esto incluye la comunicación efectiva, la resolución de conflictos, la colaboración y el trabajo en equipo.
Importancia de la Inteligencia Emocional
Desempeña un papel crucial en muchos aspectos de nuestras vidas. Aquí hay algunas razones por las que es importante:
- Mejora de las relaciones interpersonales: La capacidad de entender y responder a las emociones de los demás promueve la empatía y la conexión interpersonal. Esto fortalece nuestras relaciones, ya sea en el ámbito personal o profesional.
- Mejor toma de decisiones: Cuando somos conscientes de nuestras propias emociones y podemos regularlas eficazmente, estamos en una mejor posición para tomar decisiones racionales y consideradas, en lugar de dejar que nuestras emociones nos dominen.
- Reducción del estrés y la ansiedad: La autorregulación emocional nos permite manejar el estrés y la ansiedad de manera más efectiva. Cuando somos capaces de calmarnos y mantener la calma en situaciones estresantes, reducimos el impacto negativo que el estrés puede tener en nuestra salud física y mental.
- Mejor desempeño laboral: La inteligencia emocional está estrechamente relacionada con el éxito en el lugar de trabajo. Las personas con alta inteligencia emocional tienden a ser más efectivas en la comunicación, el liderazgo, la resolución de problemas y la colaboración en equipo.
- Mayor bienestar psicológico: Cultivar la inteligencia emocional nos ayuda a desarrollar una mayor autoconciencia, autoestima y resiliencia emocional. Esto contribuye a un mayor bienestar psicológico en general y nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida con más eficacia.
¿Cómo Cultivar la Inteligencia Emocional?
Para los que quieran crecer su nivel de inteligencia emocional, es súper importante que pongan en práctica las siguientes actitudes, habilidades y emociones:
- Reflexiona sobre lo que sientes e intenta averiguar siempre cuáles son las causas de esas emociones, identifica donde sientes las emociones.
- No niegues tus sentimientos, acéptalos. Recuerda que sentir rabia o ira es humano
- Identifica cuales son las habilidades que posees aprendiendo cosas nuevas
- Ver los cambios como una oportunidad para crecer.
- Mantente atento a los sentimientos de los demás y, siempre que puedas, ayúdales a expresarlos de una manera asertiva.
- No juzgues a los demás ni critiques a las personas.
- Escucha la opinión que tienen los demás de ti y de tus reacciones emocionales.
- Intenta delimitar la emoción o sentimiento percibido lo más concretamente posible.
- Aprende técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación y el mindfulness.
- Trabaja en tus habilidades de comunicación, aprende a expresarte de manera clara y asertiva.
Test de inteligencia emocional
El test de inteligencia emocional mide tres dimensiones clave:
- Si somos capaces de identificar las emociones de forma adecuada, así como las de los demás.
- Si las comprendemos bien y las expreso correctamente.
- Si somos capaces de gestionarlas de manera adecuada y mantener un equilibrio emocional.
Mis emociones
- Suelo reconocerlas fácilmente y las gestiono de manera adecuada.
- En la mayor parte de ocasiones me superan.
- Siempre me dejo llevar por ellas y me acaban desbordando.
Soy capaz de detectar los sentimientos de los demás
- Normalmente sí.
- En ocasiones acierto, pero otras no.
- Me da igual. No es algo que me preocupe.
Ante situaciones novedosas
- Me suelo adaptar con facilidad.
- Dudo sobre cómo actuar, aunque intento enfrentarme.
- Me paralizo y no sé cómo actuar.
Cuando cometo un error
- Lo reconozco y lo asumo.
- No lo reconozco del todo, es posible que cambie de tema.
- Trato de ocultarlo como sea para no reconocerlo.
Cuando me siento decaído
- Intento comprender por qué me siento así, trato de gestionar mi reacción ante la situación y trabajo para que me afecte lo menos posible.
- Me cuesta mucho ser positivo.
- Pierdo interés y la motivación de hacer actividades.
Suelo darles vueltas a las cosas, ya sean importantes o no
- No, no suelo hacerlo.
- Solo lo hago con problemas graves.
- Sí, constantemente.
Me cuesta decir que no
- No, no me cuesta.
- Sí, a veces me cuesta.
- Siempre. No sé decir que no.
Cuando me equivoco
- Evalúo lo ocurrido y no le doy mayor importancia, aunque trato de aprender del error y mejorar.
- Me siento culpable si veo que ha sido mi error.
- Por norma general me siento culpable.
Suelo sentirme triste
- Rara vez.
- A veces.
- Constantemente.
Cuando siento que estoy enfadado
- Expreso mi opinión y mis sentimientos.
- No siempre tengo el valor de expresar lo que siento.
- Nunca expreso enfado u otros sentimientos.
Mi estado de ánimo suele ser
- Casi siempre suelo tener el mismo humor.
- Depende del día y de las circunstancias.
- Muy variable.
Cuando no consigo llegar a un acuerdo con alguien
- Hago todo lo posible por intentar alcanzarlo.
- Suelo intentar fusionar las distintas posturas.
- Huyo y solo vuelvo si el ambiente se ha calmado.
Ante las dificultades
- Me crezco y lucho hasta el final.
- A veces tengo mucha fuerza y las afronto, otras, en cambio, no.
- Prefiero eludirlas que afrontarlas.
Los problemas de los demás
- No me suelen afectar.
- Me cuesta que no me afecten.
- Por lo general me afectan.
Intento complacer a los demás, aunque no me apetezca
- No tiendo a hacerlo.
- A veces sí, a veces no.
- Siempre.
RESULTADOS
Si has obtenido mayoría de «1»:
- Tienes una inteligencia emocional alta. Reconoces tus emociones y eres capaz de manejarlas y gestionarlas sin problemas. Aunque la situación no sea la más idónea, sabes cómo entender qué emoción y por qué la manifiestas.
- Además de esto, tienes empatía, es decir, tratas de entender y comprender a los demás y por ello muestras facilidad para ponerte en el lugar de las otras personas. Del mismo modo, tienes bastante capacidad para reconocer tus errores y asumirlos, y esto te permite crecer a nivel personal.
Si has obtenido mayoría de «2»:
- Tienes inteligencia emocional media, es decir, que en la mayoría de ocasiones comprendes tus emociones y las de los demás, y las sabes gestionar, no obstante, hay ciertas situaciones (posiblemente más delicadas) en las que manejarlas te resulta un poco más complicado. No te preocupes, recuerda que es una habilidad que puedes entrenar y desarrollar.
Si has obtenido mayoría de «3»:
- Tienes una inteligencia emocional baja. Posiblemente, te cueste reflexionar antes de reaccionar y lo haces con impulsividad sin importar el tipo de situación. Por lo general, la tristeza es de las emociones que más te invade. Además, tienes tendencia a enfadarte con facilidad.
- Debes trabajar para aprender a relativizar aquello que te ocurre, así como para entender más tus propias emociones y las de los demás. Pues tener inteligencia emocional desarrollada te dará grandes beneficios en la vida como comprenderte más a ti mismo y a los demás, te ayudará a conseguir tus objetivos y, sobre todo, a tener bienestar.