¿Quién de ustedes acepta que es un celoso del infierno? Porque adivinen qué… Hay varios tipos de personas celosas, y hoy Tere Diaz les va a ayudar a descubrir ¿qué tipo de celoso eres?
¿Qué son los celos?
Los celos son universales y todos podemos sentirlos, sólo hace falta una situación particular para que los experimentemos. Ocurren en cualquier persona si se dan las circunstancias necesarias, mostrando la fragilidad de las relaciones amorosas.
Los celos se dan en el territorio del amor pero no son una forma de amor. ¿Pero, por qué es tan difícil manejar la experiencia celosa? Los celos son:
- Caprichosos: A veces tendrían que aparecer y no surgen pero en otras ocasiones aparecen sin razón.
- Corrosivos: Su alta intensidad corroe a la persona y permea en la relación generando mucho dolor, angustia e incluso violencia.
- Dominantes: Habiéndo desencadenado el sentimiento celoso es difícil de parar.
Test: ¿qué tipo de celoso eres?
Responde sí o no a estas preguntas para saber el resultado:
- ¿Tienes siempre una respuesta correcta y crees que lo “sabes todo”?
- ¿Corriges permanentemente los “errores” de los demás?
- ¿Juzgas rígidamente las acciones de los otros y permanentemente califica si están “bien” o “mal”?
- ¿Te mantienes en alerta constante sin perder los menores detalles de lo que hacen, dicen o dejan de hacer otras personas?
- ¿Eres demasiado exigente, y por tanto difícil de complacer?
- A veces, por tu alta religiosidad o por adherirte a valores supremos e inalcanzables, ¿consideras que tus demandas y expectativas están “fuera de este mundo”?
- ¿Eres muy responsable y “coherente», al punto de ser inflexible”?
- ¿Te cuesta integrar las contradicciones propias de la vida y tiendes a verlo todo en “blanco o negro”?
- ¿Eres ansioso o demasiado inquieto?
- ¿Tu tolerancia al riesgo y a la incertidumbre es muy baja?
¿Cuáles son los resultados?
- Si obtuviste una mayoría de Sí, eres una persona celosa.
- Si respondiste SÍ a 5 preguntas, y NO igual a 5 preguntas: eres una persona celosa pero en distintas circunstancias.
- Si obtuviste una mayoría de NO, los celos ¡no van contigo!
Ahora vamos a descubrir qué tipo de celoso eres…
Más que un perfil de persona celosa, existen algunos tipos de personalidades, actitudes y condiciones que se correlacionan claramente con el comportamiento celoso:
El suspicaz
La persona suspicaz tiende a desconfiar o a ver “mala intención” en las acciones o palabras ajenas, es muy minuciosa. Se pregunta con frecuencia: “¿por qué dijiste eso?” “¿para qué fuiste a ese lugar?” “¿quién es aquel que te saludó con tanto ánimo?”.
Ser suspicaz, detallista, minucioso y desconfiado puede ser muy útil para algunos trabajos, pero no para vivir en pareja. Le gusta vivir en certidumbres imposibles por eso tiende a ser conflictiva pues siempre encuentra alguna información o motivo para dudar, desconfiar, cuestionar y perseguir.
“El Sabelotodo”
Tiene siempre la respuesta correcta, te corrige constantemente y te indica cómo hablar y cómo comportarte: “Deberías cambiarte esa falda, no te sienta bien ese color…”. “Estuvo bien lo que dijiste, pero no pronunciaste bien la palabra x”.
Convivir con un “sabelotodo” puede ser estimulante en un principio (es cómodo tener una enciclopedia parlante para darte algún dato cultural e información) pero pronto, además de cansarte y hacerte la vida pesada, tiende a comportarse celosamente, ya que solo él o ella sabe, solo él o ella es la fuente y cualquier actitud que no se someta a su conocimiento es vista como peligrosa.
El Moralista
Tienen muy claro lo que es “bueno” y lo que es “malo”, lo que es “verdad” y lo que es “mentira”. No tienen dudas. Por eso hacen fácilmente juicios de valor respecto a otras personas.
Las personas moralista pueden dar una sensación de eficacia y rotundidad, incluso pueden ser agradables porque nos hacen sentir seguros al “mostrarnos el camino del bien y la verdad”, pero su moralismo termina por convertirse en rigidez y en intolerancia, volviéndose personas celosas.
El moralista puede ser tradicional: creer en valores eternos, en conductas que no cambian, le gusta que las cosas sean como “siempre han sido”. Y en el amor las cosas como siempre han sido es definirlo como matrimonial y patriarcales.
El Evitativo
Existen cuatro tipos de apego: seguro, inseguro, ambivalente y evitativo. En el apego evitativo el cuidador del niño deja de atender constantemente las señales de necesidad de protección del niño, lo que le dificulta desarrollar una confianza básica. A la larga, estas personas se sienten inseguras hacia los demás y temen ser desplazadas con base en las experiencias pasadas de abandono.
El individuo con apego evitativo puede convertirse en celoso, piensa que puede ser fácilmente abandonado. Tienden a aferrarse al amado y a generar con él una relación de excesiva dependencia emocional.
El Romántico
A pesar de ser algo muy valorado, en temas de celos las personas románticas son peligrosas. El romanticismo supone una mistificación de la naturaleza humana. Muestra una faceta falsa, absoluta, irracional e idealista de la vida y las relaciones humanas que acaba siempre por estrellarse con la realidad.
El mundo real, donde surgen y se viven los vínculos amorosos nunca será suficientemente bueno para un romántico. Las premisas idealistas y excesivamente sentimentales del romántico acaban por desgastar el amor. Es cierto que la seducción y el erotismo son esenciales en las relaciones amorosas, pero con frecuencia se confunden con un romanticismo exagerado y exigente que acaba en celos.
La Religiosidad
Las personas muy religiosas creen en mundos trascendentes por encima de los seres humanos. Estos mundos prescriben valores eternos e inmutables y con frecuencia sobrehumanos.
Estas personas se guían por modelos de extrema perfección, pureza y sacrificio, difíciles de alcanzar. Exigir altos ideales en la relación amorosa se convierte en un factor que puede detonar los celos.
El Súper Responsable
La responsabilidad es un valor personal y social. Pero es un problema cuando deriva en tiranía de la moral y de la acción perfecta.
Los super responsables, son eficaces y cumplidores; quieren generalmente que las cosas sean correctas, únicas, prácticas, en su punto y a su hora. Pero esa lógica no es fácil de aplicar a lo amoroso ya que el amor es complejo y está hecho de contradicciones.
Su estilo concreto y lineal les lleva a que vivan mal los meandros del amor y que no toleren la ambivalencia de las situaciones amorosas.
El “Neurótico”
La palabra “neurosis” sirve para describir un tipo de personalidad con una reactividad nerviosa elevada. Las personas neuróticas presentan una baja tolerancia para el estrés tanto físico como psicológico tendiendo a mostrarse reactivas y ansiosas fácilmente ante los peligros y las incertidumbres. Y más incierto que lo amoroso.
El Alcohólico
No se sabe con precisión cuál es la conexión causal entre el alcohol y los celos. Puede que sea el alcohol el que crea celos o los destapa, o bien, que la experiencia celosa favorezca la ingesta de alcohol como ansiolítico o euforizante. Es indudable que la conducta celosa tiene una correlación clara con el consumo de alcohol. Grandes escenas de celos con desenlaces desgraciados, se realizan en estados de
En conclusión
Si el amado o la amada es romántica, religiosa, responsable, ansiosa, suspicaz, moralista, sabelotodo…. la relación puede llegar a hundirse en una franca experiencia celosa.
Con dificultad permitirá que su pareja incursione en proyectos de vida personales, los descalificará ridiculizándolos o haciéndolos inalcanzables y poco realistas.
Estos rasgos descritos pueden darse en mayor o menor medida en el celoso, pero mientras más se conjuguen estas características, más probable puede desviarse la relación amorosa a un verdadero infierno de convivencia.
Especialista: Tere Díaz. Psicoterapeuta especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora de los libros “¿Cómo identificar un patán?”, “¿Por qué nos mentimos si nos amamos?”, “Navegando la incertidumbre amorosa” en coautoría con Mónica León y audiolibro “El que busca encuentra, ¿cómo atraer y enamorar?