Desde hace más de dos años, los legisladores Cámara de Diputados y el Senado han buscado regular el vapeo, que es inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico u otro dispositivo, y hay cerca de 42 iniciativas. Sin embargo, hasta el momento no hay una legislación sobre el tema, aunque se estima que en México hay cerca de 5 millones de usuarios ocasionales y un millón de consumidores regulares de estos productos, por lo se podría recaudar hasta 12 mil 748 millones de pesos anuales.
En entrevista con Forbes México, el diputado Sergio Barrera, quien encabezó un foro sobre el vapeo en San Lázaro, comentó que es necesario una marco jurídico sobre el consumo del cigarrillo electrónico para saber quién produce este producto, quién los distribuye, qué contienen y si hacen daño.
Comentó que como no está regulado el consumo, hay un mercado negro, al que los usuarios recurren para comprar estos cigarrillos. Por ello, quienes los producen no pagan impuestos y no se tiene recaudación fiscal, la cual podría ser utilizada, dijo, para generar políticas públicas que contrarresten los daños del consumo de este producto en temas de salud y medio ambiente.
“Tenemos que regularlo, porque es una realidad, es algo que va a estar ahí. Si no regulamos, se convertirá en un problema que realmente sí afecta y puede estar al alcance de menores de edad. Es un tema que no sabes quién lo está produciendo, qué químicos, qué contiene este producto, cómo lo traen al país y cómo lo está vendiendo y en qué lugares. Como no pagan impuestos, no hay alguna política pública para que lo que se obtiene se invierte en salud y medio ambiente”, mencionó el legislador.
El diputado por Movimiento Ciudadano señaló que ante la falta de regulación, el mercado negro de estos productos crece y causa que el crimen organizado se meta a vender estos cigarros electrónicos.
Mencionó que la estimación de los 12 mil 748 millones de pesos de impuestos que se podrían obtener al año viene de considerar alrededor de 964 mil 488 personas mayores de 20 años que consumen a diario estos productos, y el costo en promedio de este dispositivo es de 200 pesos.
Por otro lado, Juan José Cirión Lee, presidente de la organización civil México y el Mundo Vapeando, mencionó que el cigarro electrónico entra en la categoría de daño reducido y que la regulación —restricciones de uso, de publicidad e impuestos— debe ser proporcional.
En entrevista, señaló que el vaporizador es hasta 95% menos dañino que el cigarro convencional y que la desventaja tiene que ver con una cuestión social, ya que este dispositivo puede volverse tan popular que gente que no fuma podría comenzar a utilizarlo.
“La venta de cigarrillos electrónicos se encuentra en una forma irregular; entonces, (hay que) regularla a control al Estado y a los usuarios. El nivel de restricción que tenga se puede discutir. Este tiene que ser un producto legal, que tenga reglas para que tanto usuarios, consumidores, productores como autoridades tengan control en el mercado es totalmente necesario, pues es un beneficio”, enfatizó.
Cirión Lee comentó que la regulación debe incluir la prohibición a los menores de edad, así como la estipulación para que los mayores de edad deban estar informados sobre lo que consumen.
Una de las últimas propuestas que se hicieron sobre la regulación fue el año pasado, cuando el diputado Sergio Barrera, junto con el exsecretario de Salud federal, Salomón Chertorivski, propuso reformas para establecer que quienes vendan estos cigarrillos deberán poner un anuncio al interior del establecimiento de que la venta está prohibida para menores de edad.
Además, planteó que los fabricantes de dispositivos electrónicos deberán dar aviso previo a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para solicitar el registro del producto.
La propuesta también señala que todos los consumibles de estos cigarros electrónicos deben llevar etiquetas o leyendas sobre los ingredientes, los datos del fabricante o comercializador de la sustancia para contacto del consumidor final. En caso de que contenga nicotina, se deberá expresar la concentración y los posibles efectos adictivos o riesgos.